Mazatlán, Sin (RI Noticias) – La crisis hídrica mundial afecta actualmente a un 40% de la población, cifra que aumenta debido a factores como el cambio climático y la expansión agrícola. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) estima que el 72% del agua extraída en el planeta se destina a la agricultura, convirtiéndose en el mayor consumidor de este recurso y desencadenando fuertes impactos ambientales. Esta situación plantea un dilema urgente: cómo balancear la producción de alimentos con la conservación de agua, especialmente en cultivos que requieren grandes cantidades de este recurso.
Según la Water Footprint Network (WFN), estos son los cultivos que más agua consumen por cada kilogramo de producto y que tienen un impacto ambiental significativo:
1.- Arroz
Consumo de agua: 1,144 litros de agua por kilogramo.
Principales productores: China e India, países que enfrentan problemas hídricos graves.
Impacto: Este cereal es fundamental para la dieta de millones de personas, pero su cultivo se realiza en áreas con alta dependencia de riego, especialmente en la época seca. En el sudeste asiático, por ejemplo, la demanda intensiva de agua ha degradado los ecosistemas acuáticos, afectando tanto a la flora como a la fauna local.
2.-Caña de Azúcar
Consumo de agua: 1,280 litros de agua por kilogramo.
Principales productores: Brasil, India y China.
Impacto: Aparte de ser un ingrediente clave en la producción de azúcar, la caña también es la base para el etanol. Brasil, en particular, ha experimentado un crecimiento considerable en la industria de biocombustibles, lo que ha generado conflictos con el suministro de agua en áreas de producción agrícola intensiva, especialmente durante periodos de sequía histórica, como los que han golpeado al país en los últimos años.
3.- Soja
Consumo de agua: 1,600 litros de agua por kilogramo.
Principales productores: Estados Unidos, Brasil y Argentina.
Impacto: El cultivo de soja ha experimentado un crecimiento acelerado en América Latina debido a la demanda global de aceite y forraje para animales. Sin embargo, esta expansión agrícola ha traído consigo la deforestación de áreas como El Cerrado y la Amazonía, lo cual altera los ciclos naturales de agua y exacerba la sequía en estas zonas.
4.- Algodón
Consumo de agua: 6,055 litros de agua por kilogramo.
Principales productores: India, China y Estados Unidos.
Impacto: Si bien es uno de los cultivos con mayor impacto económico a nivel global, el algodón también presenta una de las mayores huellas hídricas. Su cultivo en zonas áridas ha generado casos críticos, como la desaparición del Mar de Aral en Asia Central. Esto fue resultado de un sistema de riego intensivo en áreas de cultivo de algodón, que prácticamente agotó los recursos hídricos de la región, afectando tanto a las poblaciones locales como a la biodiversidad.
5.- Aguacate
Consumo de agua: 938 litros de agua por kilogramo.
Principales productores: México y América Central.
Impacto: Este “oro verde”, popular en mercados de América y Europa, tiene un impacto notable en el consumo de agua. En regiones productoras como Michoacán, México, el uso intensivo de agua para el aguacate ha generado tensiones con las comunidades locales, quienes ven reducido su acceso al recurso. Este conflicto ilustra los desafíos de satisfacer la demanda global de alimentos y, al mismo tiempo, conservar los recursos locales para sus habitantes.
La competencia por el agua entre el consumo humano y la agricultura plantea desafíos complejos en regiones vulnerables. De acuerdo con un informe del Banco Mundial, 17 países, que albergan a una cuarta parte de la población mundial, enfrentan niveles de estrés hídrico extremadamente altos, y la mayoría de ellos depende de la agricultura intensiva.
Ante esta situación, diversas organizaciones y expertos abogan por la implementación de prácticas de riego eficientes, como el riego por goteo, que puede reducir el consumo de agua hasta en un 60% en algunos cultivos. Adicionalmente, las políticas de conservación de suelos y los programas de restauración de ecosistemas acuáticos pueden ayudar a reducir los impactos negativos del uso excesivo de agua en la agricultura.
A medida que la población mundial sigue creciendo, las demandas de agua para la agricultura no disminuirán en el corto plazo. En este sentido, los esfuerzos para encontrar un equilibrio entre la producción de alimentos y la conservación de recursos serán esenciales para la seguridad alimentaria y el bienestar ambiental de las generaciones futuras.