Mazatlán, Sinaloa. (RI Noticias).- El último Estudio de Vulnerabilidad Socioambiental de Mazatlán, encargado a una consultora como parte de una convocatoria del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), proyecta que la ciudad enfrentará una reducción del 27% en las precipitaciones para 2030. Esta disminución, de cumplirse, pondría en riesgo tanto el suministro de agua para la población como para las actividades agrícolas.
El estudio destaca que, en los próximos cinco años, la disminución de las lluvias será cada vez más notoria, afectando la disponibilidad de agua, especialmente para los distritos de riego dependientes de las presas locales.
Sandra Guido, Directora Ejecutiva de Conselva, Costas y Comunidades, A.C., advirtió que este escenario no solo conllevaría la pérdida de recursos hídricos, sino que también pondría a prueba la capacidad de gestión del agua en Mazatlán. “El panorama es claro, y la urgencia de tomar medidas preventivas no puede esperar”, comentó Guido.
El cambio en el ciclo de lluvias, impulsado por el cambio climático, representa una amenaza creciente, que se ve reflejada en la creciente demanda de agua tanto para el consumo urbano como para la agricultura. Además de la reducción de precipitaciones, la erosión de suelos y la pérdida de vegetación en más de 21 mil hectáreas agravan la crisis hídrica. Si no se adoptan medidas a tiempo, estos factores podrían hacer que la situación sea aún más crítica.
En este contexto, se hace un llamado urgente a las autoridades y a la sociedad para adoptar políticas públicas eficaces que aseguren la disponibilidad de agua en el futuro. La implementación de acciones concretas, como la conservación de cuencas, el manejo sostenible del agua y la reforestación, serán esenciales para mitigar los impactos de la crisis hídrica.