Escuchar música a un volumen demasiado alto es un riesgo para nuestra salud auditiva. La pérdida de audición ocasionada por la exposición prolongada a sonidos fuertes es irreversible, pero podemos tomar medidas para evitarlo.
El daño ocurre cuando nuestros oídos son sometidos a un nivel de presión sonora excesivo durante un periodo prolongado. Entre más alto sea el volumen, menor será el tiempo necesario para que se produzca una lesión auditiva.
Sin embargo, no todas las personas son igual de sensibles al ruido. Mientras que algunas pueden desarrollar sordera rápidamente, otras pueden soportar niveles más altos sin sufrir daños aparentes. Los científicos aún no han determinado la causa exacta de esta variación.

La pérdida auditiva es progresiva e irreversible
Uno de los mayores problemas de la pérdida de audición es que suele ocurrir de manera gradual. Muchas personas no se dan cuenta del daño que están sufriendo hasta que es demasiado tarde. Como la lesión ocurre a nivel celular, no es posible revertirla.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el uso frecuente de audífonos a un volumen excesivo ha provocado un aumento en los casos de sordera a nivel mundial. Esto se debe, en gran parte, a la popularización de los smartphones, ya que las personas escuchan música, ven videos o juegan con los auriculares puestos durante largos periodos.
¿Por qué los audífonos pueden ser peligrosos?
Los audífonos presentan un riesgo porque sus pequeños altavoces están muy cerca del canal auditivo, permitiendo que el sonido alcance niveles dañinos con facilidad.

Además, cuando los usamos en lugares ruidosos como aviones, trenes o calles con mucho tráfico, solemos aumentar el volumen para escuchar mejor.
En estos casos, podemos llegar a incrementar el nivel de presión sonora entre 10 y 13 decibeles por encima del ruido de fondo, lo que puede superar el umbral de seguridad para nuestros oídos.
La pérdida auditiva puede adelantarse hasta 30 años
El otorrinolaringólogo Juan Rosas Peña en entrevista con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), advierte que la exposición constante a ruido fuerte puede ocasionar sordera prematura hasta 30 años antes de lo habitual.
Según datos del IMSS, el 27% de las personas de 40 años que acuden a consulta ya presentan algún grado de sordera. Entre los primeros síntomas se encuentran:
- Zumbidos en los oídos (tinnitus).
- Dificultad para entender conversaciones.
Si estos signos aparecen, es importante acudir con un especialista para realizar estudios de audiometría y determinar la gravedad del daño.

¿Cuáles son los efectos del ruido en nuestros oídos?
El sonido a volúmenes elevados puede provocar distintas afecciones auditivas:
Hipoacusia
Es la disminución gradual de la capacidad de escuchar. Ocurre cuando se utilizan audífonos a un volumen muy alto de manera frecuente.
Tinnitus
Se caracteriza por la percepción de zumbidos constantes en uno o ambos oídos. Puede ser temporal o volverse un problema crónico.

El ruido destruye las células nerviosas responsables de la audición, y el daño es permanente.
Aunque existen prótesis auditivas y tratamientos con medicamentos oxigenantes, la capacidad auditiva nunca se recupera al cien por ciento.
¿Cómo proteger nuestros oídos del uso excesivo de audífonos?
La OMS estima que más de mil millones de jóvenes están en riesgo de perder audición debido a malos hábitos al escuchar música. El 50 por ciento de las personas entre 12 y 35 años usa dispositivos con un volumen dañino, y el 40 por ciento está expuesto a niveles peligrosos en discotecas, bares y conciertos.
Para cuidar nuestros oídos, es recomendable seguir estas medidas:
- Evitar el uso de audífonos en lugares ruidosos, ya que esto nos obliga a subir el volumen.
- Ajustar el volumen a un nivel moderado, preferiblemente por debajo del 60 por ciento de la capacidad del dispositivo.
- Tomar descansos auditivos, siguiendo la regla 60-60: no escuchar más de 60 minutos seguidos y nunca superar el 60 por ciento del volumen máximo.
- Utilizar auriculares con cancelación de ruido, lo que permite escuchar con claridad sin necesidad de aumentar el volumen.
- Realizar chequeos auditivos periódicos para detectar a tiempo cualquier problema.
Muchos smartphones modernos incluyen una alerta cuando el volumen supera un nivel riesgoso. Prestar atención a estas advertencias puede ayudarnos a evitar daños irreversibles en nuestra audición.











