Enrique Riveros, presidente de la Asociación de Agricultores del Río Culiacán, hace un llamado a las autoridades para implementar medidas de seguridad que garanticen la tranquilidad de los agricultores.
Culiacán, Sinaloa (RI Noticias).- Enrique Riveros Echavarría, presidente de la Asociación de Agricultores del Río Culiacán (AARC), expresó su preocupación por la creciente violencia que afecta a las zonas rurales de Culiacán, poniendo en riesgo la seguridad de los productores agrícolas.
Durante una conferencia de prensa, Riveros destacó que la principal preocupación de los agricultores es la seguridad, ya que las áreas en las que cultivan las hortalizas carecen de vigilancia adecuada.
“Lo que más nos importa es nuestra seguridad. La percepción que tenemos es que las cosas están feas, y aunque no debemos vivir con miedo, la realidad es que nos sentimos inseguros”, señaló el líder agrícola.
El presidente de la AARC explicó que muchas de las zonas donde se cultivan hortalizas están alejadas de la zona urbana y no cuentan con la presencia de policías municipales o estatales lo cual ha generado incertidumbre entre los productores, aunque reconoció que la mayoría de ellos han decidido seguir adelante con sus actividades.
A pesar de que los incidentes graves han sido pocos, Riveros expresó que los agricultores siguen temiendo que la situación se agrave.
En este sentido, hizo un llamado urgente a las autoridades para que implementen medidas de seguridad más efectivas, como la instalación de puestos de control estratégicos en las carreteras.
“Seguimos esperando, pero pedimos a las autoridades más garantías de seguridad, así como la instalación de puestos de control estratégicos en las carreteras para tener zonas más seguras. Si estos puntos de control no existen, nos preocupa mucho la situación”, dijo
El presidente de la AARC también reconoció el esfuerzo conjunto entre la sociedad y el gobierno, pero advirtió que la violencia que afecta a la región no puede seguir siendo una constante. “Desgraciadamente, esta es una situación muy complicada, por el simple hecho de vivir en Sinaloa. Esta violencia no puede durar toda la vida”, concluyó.