Brincos Dieras es uno de los payasos más famosos del momento, quien alcanzó gran popularidad por su capacidad de improvisación, humor ácido y shows interactuando con el público. Sin embargo, detrás de esa cara blanca con detalles neón, se esconde el verdadero rostro de Roberto Carlo, nombre real del comediante.
En las redes sociales comienzan a circular una serie de fotografías de Brincos Dieras sin maquillaje, ya sea porque ha sido captado fuera del trabajo o porque sus fanáticos le piden fotos y las publican en internet. De cualquier forma, se puede ver que Brincos Dieras es un hombre adulto, de tez morena, ojos pequeños, nariz ancha y sonrisa amigable.
Varias personas conocen a Brincos Dieras con su característico rostro blanco, adornado con pintura fluorescente en colores verde y rosa neón. Se pinta con dos cejas arqueadas de colores vivos y párpados sobresalientes que ha incorporado a su propio estilo.
¿Lo sabías? Así luce Brincos Dieras sin maquillaje
En una entrevista antigua para el podcast ‘Conversaciones’, Brincos Dieras reveló que, en sus inicios, se maquillaba con productos de mujer y no especiales para payaso. Lo anterior provocaba severos daños en su rostro, pero con el paso del tiempo fue aprendiendo a cómo ser un verdadero payaso y qué artículos utilizar.
“A mí nadie me enseñó a ser payaso ni a maquillarme. El maquillaje siempre ha sido la clave de un payaso. Una vez le dije a un chavo de Morelos, de los que se pintaban bien bonito, ellos van a congresos de payasos, yo no sabía qué onda con todo eso. Le dije ‘¿me puedes pintar?’ Me dijo ‘te enseño, pero te cobro 500 pesos’. Le dije que era mucha lana y mejor me pintaba yo”, recordó.
En la actualidad, Brincos Dieras tiene un estilo muy particular que lo ha llevado a ser único en su ramo. Antes del éxito y de la viralidad en las redes sociales, Roberto Carlo no tenía tanto dinero para invertir en productos y aprendió solo hasta encontrar una moda propia.
“Poco a poco, yo me pintaba con maquillaje de mujer, los que usaban para las cejas y eso, a mí se me tapaba el poro porque me ponía una torta en la cara y la piel se me irritaba bien feo, ya traía todo rojo, parecía luchador, no era maquillaje especial. Poquito a poquito me fui enseñando y se quedó la imagen de la cara blanca”, recordó.