La vesícula biliar es un órgano en forma de pera ubicado debajo del hígado; su principal función está estrechamente ligada con la digestión y seguramente has escuchado frases como: no hagas bilis, para referirse a los corajes o enojos, por eso, aquí te explicamos si los corajes afectan la vesícula o cuál es su relación.
Es bien sabido que cuando uno se siente triste, feliz o enojado, la primera zona de nuestro cuerpo que responde (además del corazón desde lo metafórico), es sin duda nuestro estómago. No por nada, después de un evento de mucho estrés o ansiedad se inflama y puede provocar incluso diarreas.
Sin embargo, ¿cómo los enojos pueden afectar la vesícula?
¿Para qué sirve la vesícula?
Empecemos por explicar que la vesícula actúa como un almacén de la bilis, un líquido esencial para la digestión que el hígado produce. Este líquido amarillo-verdoso juega un rol vital en la descomposición de alimentos y en la absorción de nutrientes, según describe el Instituto Médico Mayo Clinic.
Además de sales biliares, la bilis contiene electrólitos y pigmentos como la bilirrubina, que son necesarios para varios procesos metabólicos. No solo esto, la vesícula regula la liberación de bilis hacia el intestino delgado, donde se mezcla con las grasas para poder ser absorbido.
¿Qué revela la ciencia sobre la vesícula biliar y los corajes?
Se ha planteado en investigaciones académicas, como un artículo en la Biblioteca Digital de la Medicina Tradicional Mexicana de la UNAM, que trastornos emocionales como corajes pueden tener un impacto directo en el funcionamiento de la vesícula biliar.
Estos corajes y otras emociones fuertes podrían causar un “derrame de bilis”, afectando a la vesícula y alterando la función hepática. Aunque los datos científicos para confirmar esta conexión aún no son concluyentes, está claro que este tema tan frecuente está ganando interés por parte de los especialistas.
¿Cómo afecta el estrés a la vesícula?
El estrés crónico lleva al cuerpo a liberar sustancias que afectan tanto al hígado como a la vesícula biliar. De acuerdo a una investigación de la National Library of Medicine, el experimentar de forma continúa esta emoción puede llevar al organismo a retener por más tiempo la bilis.
En otras palabras, la inhibición del vaciado de la vesícula biliar, inducida por el estrés, ocasiona que la persona forme cálculos biliares de colesterol, lo que a la larga es causa de que este órgano tenga que ser extirpado.
Cómo la vida moderna afecta nuestra vesícula
Las emociones no son las únicas culpables cuando hablamos de la salud de nuestra vesícula biliar. Factores como una dieta rica en grasas, el estrés crónico y la falta de actividad física también pueden desencadenar problemas.
En el contexto de una vida actual que suele ser más sedentaria y con alimentación poco saludable, la vesícula tiene que trabajar más para procesar las grasas. Esto implica una mayor producción y utilización de bilis para hacer solubles ciertas sustancias, como el colesterol y las vitaminas liposolubles, facilitando su absorción en el intestino grueso.
Cómo la bilis ayuda a nuestro sistema digestivo
La bilis es indispensable en la digestión, sobre todo en lo que respecta a la emulsión y absorción de grasas y vitaminas. Además, las sales biliares actúan como catalizadores que estimulan la secreción de agua y otros electrolitos en el intestino grueso.
Esto no solo contribuye a una mejor absorción de nutrientes, sino que también facilita el tránsito del contenido intestinal hacia el exterior del cuerpo, mejorando la función digestiva en general.
Ahora se sabe que no es un mito que los corajes pueden dañar la vesícula biliar, y es que el enojo es una emoción que altera varios procesos del cuerpo, y con la que se debe tener cuidado. Entonces, quizá sería importante empezar a practicar algún deporte o actividad que nos haga sentir más relajados, ¿no crees?