Uno de los mayores temores de los padres al iniciar la alimentación complementaria, es que los bebés presenten alergia a algún alimento. Pero, ¿sabías que la leche materna podría ayudar a prevenirlo? Te contamos el porqué.
Una alergia alimentaria es una reacción exagerada del sistema inmunológico a una proteína presente en un alimento, al identificarla como una amenaza. En consecuencia, el cuerpo libera histaminas, sustancias que provocan diferentes síntomas.
Estos pueden ser desde leves, como ronchas y estornudos, hasta dificultad para respirar o anafilaxia, una reacción grave y potencialmente mortal. Si bien, pueden desarrollarse a cualquier edad, las alergias alimentarias son muy comunes en la infancia.
Según organismos de salud, entre el 6 y el 8 por ciento de los bebés y menores de 3 años, las presentan.
Por esa razón, platicamos con el Dr. Oscar Quintero, director médico del negocio de nutrición de Abbott en México, para conocer más sobre estas alergias y el papel de la leche materna en su prevención.
¿Cuáles son las alergias alimentarias más comunes en la infancia?
De todos los alimentos, hay alrededor de 8 que son más frecuentes que produzcan alergias: huevo, trigo, cacahuate, frutos secos, soya, pescados y mariscos. Sin embargo, cada vez se oye más sobre la alergia a la proteína de la leche de vaca.
De acuerdo al Dr. Quintero, es la reina de las alergias para los pequeños de los 0 meses a los 2 o 3 años de vida. Esta es una reacción ante una o varias proteínas presentes en la leche de vaca, como la caseína, la beta lactoglobulina o la alfa-lactoalbúmina.
Ojo, no debe confundirse con la intolerancia a la lactosa, pues es una reacción inmunológica que va más allá del malestar estomacal y se manifiesta con reacciones tanto digestivas, como de piel y respiratorias.
Según el especialista, esto tiene relación con la microbiota, pues una mala microbiota puede llevar a este tipo de condiciones.
¿Qué es la microbiota y cuál es su papel en las alergias?
La microbiota es lo que se conoce como bacterias buenas. Estas viven en nuestro cuerpo y tienen diferentes funciones, pues se alojan en la boca, piel, bronquios, intestinos y otros órganos, básicamente, donde hay mucosas.
Sin embargo, más del 70 u 80 por ciento se encuentran en el tracto digestivo. En ese sentido, se ha demostrado que tener una microbiota diversa y saludable, ayuda a la salud.
Existen diferentes factores que contribuyen a su equilibrio, pero los primeros años de vida son básicos. De acuerdo a los expertos, esta se desarrolla durante los primeros mil días de vida.
¿Cómo se logra que un bebé tenga una buena microbiota? La leche materna es un factor clave, en especial, por su contenido de oligosacáridos de la leche humana o HMOs.
Los oligosacáridos de la leche materna son el tercer componente sólido más abundante en la leche humana, después de la lactosa y las grasas. Se trata de azúcares complejos que no son digeribles para el bebé.
Sin embargo, actúan como probióticos, alimentando las bacterias buenas del intestino, que ayudan a reforzar las defensas del bebé. En consecuencia, fortalecen el sistema inmunológico, lo que actúa como protección en el caso de las alergias alimentarias.
¿La leche materna puede ayudar a prevenir las alergias alimentarias?
De acuerdo al Dr. Quintero, hasta ahora, los estudios están dando resultados positivos sobre el hecho de que la leche materna, especialmente sus HMOs, pueden ayudar a prevenir las alergias alimentarias.
Esto, porque contribuyen a generar una microbiota saludable. Por lo tanto, lo que hacen estas bacterias, es que el cuerpo tolere mejor la exposición a estas proteínas en los alimentos, como en el caso de la leche de vaca.
De hecho, no solo influye en las alergias alimentarias, sino en general, pues hay estudios de su influencia sobre alergias respiratorias y de piel, que son las más frecuentes.
Como su nombre lo indica, los oligosacáridos de la leche materna se encuentran de forma natural en la leche humana. De ahí, que se refuerce constantemente la importancia de la lactancia materna, tanto para prevenir alergias, como otras enfermedades.
Sin embargo, existen situaciones en las que no es una alternativa viable. En estos casos, se opta por las fórmulas para lactantes, las cuales tienen como patrón de referencia la leche materna, por lo que busca cubrir ciertas deficiencias.
En el caso de los HMOs, actualmente existen fórmulas que cuentan con hasta cinco de ellos. Si bien, son sintéticos, pues no vienen directamente de la leche materna, sino de la lactosa, estructuralmente son idénticos.
Esto hace, que sus beneficios sean muy similares. Así lo demuestra un estudio clínico que midió el impacto de los HMOs en la salud infantil.
¿La fórmula para bebés ayuda a prevenir las alergias?
Durante los últimos 30 años, se ha estudiado el impacto de los HMOs en la salud infantil. Actualmente, estos se encuentran en algunas fórmulas enriquecidas. Si bien, todavía falta seguir estudiando su efecto sobre las alergias, en general, parecen tener el mismo beneficio que los oligosacáridos presentes naturalmente en la leche materna.
En ese sentido, Abbott realizó un ensayo para analizar el impacto de estos oligosacáridos agregados a las fórmulas para lactantes. Para esto, mantuvo un seguimiento de 607 niños sanos a término durante sus primeros 24 meses de vida.
Durante este tiempo, vigiló su crecimiento, tolerancia y otros elementos destacables de su salud. Los participantes fueron seleccionados aleatoriamente para recibir una fórmula especializada con cinco HMOs o una fórmula idéntica sin HMOs.
El estudio demostró que, además de tener un correcto crecimiento y desarrollo, en comparación con los niños que consumieron una fórmula sin HMOs, quienes recibieron la fórmula enriquecida tuvieron una mejor inmunidad.
Esto se traduce en 40 por ciento menos consultas médicas no programadas y menos días de infección en caso de enfermedad. De igual modo, se mostró un aumento en la microbiota intestinal.
En conjunto, esto tendría un efecto positivo en la reducción del riesgo de padecer alergias alimentarias. De esta forma, aunque siempre se debe privilegiar la lactancia materna, hoy es posible encontrar muchos de sus componentes en fórmulas infantiles.
Por lo tanto, podemos compensar la deficiencia de nutrientes cuando la lactancia materna no es una opción viable.
Otras estrategias para prevenir las alergias alimentarias en bebés
- Introduce de forma temprana y controlada los alimentos alergénicos. Estudios han encontrado efectos positivos. Lo ideal es comenzar la introducción entre los 4 y 6 meses, siempre bajo vigilancia pediátrica y con previa autorización.
La técnica es ofrecer pequeñas cantidades y observar la reacción durante las siguientes horas
- Ofrece una variedad de alimentos desde el comienzo de la alimentación complementaria. Esto ayuda a que el sistema inmune del bebé aprenda a tolerar diversas proteínas. Además, la diversidad alimentaria promueve una microbiota más rica y equilibrada.
- Introduce cada alimento nuevo, solo. Evita mezclarlo con otros, para poder identificar si hay reacciones. Asimismo, la recomendación es esperar entre 2 y 3 días antes de ofrecer un nuevo ingrediente.
Pocos lo saben, pero la leche materna no solo tiene agua y grasa, los HMOs, son componentes valiosos tanto para su crecimiento, como para su sistema inmunitario. Y, como puedes ver, también ayudan a reducir el riesgo de alergias alimentarias.