La presidenta Claudia Sheinbaum lanzó un mensaje en su cuenta de X, antes Twitter, luego de que se diera el anuncio de la muerte de José Mujica, expresidente de Uruguay quien falleció este 13 de mayo de 2025, tenía 89 años y recibía cuidados paliativos ya que estaba en fase terminal.
“Lamentamos profundamente la muerte de nuestro querido Pepe Mujica, ejemplo para América Latina y el mundo entero por la sabiduría, pensamiento y sencillez que lo caracterizaron. Externamos nuestra tristeza y pésame a familiares, amigos y al pueblo de Uruguay.”, dijo la presidenta en redes sociales.
¿Quién era José Mujica?
José Mujica fue una de las figuras políticas más singulares y admiradas de América Latina, pues el expresidente de Uruguay (2010–2015), Mujica se ganó el respeto internacional no solo por sus decisiones políticas, sino también por su estilo de vida austero y su coherencia personal.
Antes de llegar al poder, Mujica tuvo un pasado marcado por la lucha armada. En los años 60 y 70, fue parte del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, una organización guerrillera de izquierda que buscaba transformar radicalmente el sistema político uruguayo. Esa militancia le costó casi 15 años de prisión, varios de ellos bajo condiciones inhumanas, incluyendo largos periodos de aislamiento.
A pesar de ese pasado, o quizá gracias a él, Mujica evolucionó hacia un liderazgo sereno y reflexivo. Ya como figura central del Movimiento de Participación Popular (MPP), dentro de la coalición de izquierda Frente Amplio, fue electo presidente en 2010. Desde la presidencia, impulsó políticas progresistas que colocaron a Uruguay en el centro del debate internacional: legalizó el matrimonio entre personas del mismo sexo, promovió una regulación estatal pionera del mercado de marihuana y defendió un modelo de desarrollo más justo y solidario.
Pero más allá de sus políticas, lo que convirtió a Mujica en un símbolo mundial fue su forma de vivir, pues mientras ocupaba el cargo más alto del país, eligió quedarse en su modesta casa rural, conducir un viejo Volkswagen y donar gran parte de su salario a causas sociales, por ello esa forma de vida, alejada del lujo y el poder tradicional, le valió el apodo de “el presidente más pobre del mundo”, aunque él prefiere llamarlo “el más rico, porque tengo lo justo”.