Un producto muy popular en México, sin ser mexicano, es la sopa Maruchan, gracias a que es barata; además, fácil y rápida de preparar.
¿Cuándo salió la sopa Maruchan en México?
La historia de la sopa Maruchan comenzó en una distribuidora de pescado congelado en Tokio, llamada Toyo Susain, la cual pertenecía a Kazuo Mori.
Toyo Susain surgió en 1953 y tras 8 años de ser una empresa exitosa en el ramo del almacenamiento y distribución de pescado, cambió su propuesta de negocio e ingresó al mercado de fideos instantáneos.
Mori tomó dicha decisión porque deseaba crear un producto de fideos de alta calidad y accesible, pues se dio cuenta que las personas tenían cada vez menos tiempo para dedicarle a la preparación de sus alimentos.
La propuesta del empresario japones resultó ser todo un éxito local y en 1977 se expandió a Estados Unidos, con la fundación de la fábrica Maruchan Inc en Irvine, California.

Después de tres años en EU, en 19080, Maruchan ‘cruzó la frontera’ y llegó a México, donde se convirtió en una “deliciosas elección para el recreo y el luch del trabajo”.

¿De qué está hecha la sopa Maruchan?
Maruchan menciona que su sopa instantánea está hecha con fideos de harina, especias, saborizantes naturales, verduras deshidratadas “y más”.
Hace un tiempo la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) reveló de qué está hecha en realidad la sopa Maruchan y otras sopas instantáneas; de acuerdo con la institución, generalmente contienen harina de trigo, verduras, potenciadores de sabor, aceites vegetales y/o grasas animales, derivados de soya, extracto de levadura, azúcares, sal, conservadores y colorantes.
Sumado a lo anterior, la institución actualmente a cargo de Iván Escalante mencionó que los productos en cuestión tienen glutamato monosódico, un aditivo alimenticio muy común en los alimentos procesados que está relacionado con problemas de salud como dolor de cabeza, sofocación, taquicardia, sudoración, dolor de pecho y debilidad.

Debido a la composición de la sopa Maruchan y otros productos similares, la Profeco subraya que no nutren y que su sabor no es a base de vegetales o carne, sino de saborizantes artificiales, que son nocivos para la salud.