Después de una intensa sesión de entrenamiento, lo primero que muchos desean es una buena ducha para refrescarse, relajarse o simplemente quitarse el sudor, pero ¿es recomendable bañarse inmediatamente después de hacer ejercicio? La respuesta es: no del todo. Aunque ducharte es parte de una buena rutina post-entrenamiento, el momento adecuado para hacerlo puede marcar una gran diferencia para tu salud y recuperación.
Cuando haces ejercicio, tu cuerpo entra en un estado de actividad intensa: aumenta tu ritmo cardíaco, tu presión arterial y tu temperatura corporal. Empiezas a sudar como parte del sistema natural de enfriamiento del cuerpo. Sin embargo, una vez que termina la actividad, tu organismo no vuelve automáticamente a su estado de reposo porque necesita un tiempo para normalizar esas funciones.
¿Cuánto tiempo hay que esperar parar bañarse?
La mayoría de los especialistas en medicina deportiva recomiendan esperar entre 15 a 30 minutos antes de darse un baño. Este tiempo permite que tu cuerpo:
- Disminuya su temperatura interna.
- Regule su ritmo cardíaco y respiratorio.
- Reduzca progresivamente el sudor.
- Evite cambios bruscos de temperatura que podrían afectar la circulación o causar mareos.
¿Qué sucede si me baño con agua fría después de entrenar?
Aunque muchos lo hacen por costumbre o por la sensación de frescura, bañarse con agua fría de inmediato puede ser contraproducente, especialmente si el cuerpo aún está caliente y sudando. El contraste térmico puede provocar espasmos musculares, desequilibrio térmico o, en casos más extremos, desmayos o “bajones” de presión.
Por otro lado, el agua caliente tampoco es ideal si estás muy acalorado, ya que puede empeorar la deshidratación o dilatar aún más los vasos sanguíneos. Lo mejor es optar por una ducha templada, una vez que el cuerpo haya bajado su ritmo naturalmente.
¿Qué puedo hacer mientras espero?
Durante esos 15-30 minutos post-ejercicio, puedes aprovechar el tiempo para hacer hábitos saludables que puedan ayudarte a sentirte mejor, evitar lesiones y prepararte para tu próxima rutina. Acá te explicamos cómo:
- Hidrátate con agua o bebidas isotónicas
Durante el ejercicio, pierdes líquidos y minerales a través del sudor. Por eso, es fundamental reponerlos. Tomar agua natural es suficiente si tu entrenamiento fue moderado, pero si hiciste una rutina muy intensa o prolongada, puedes optar por bebidas isotónicas que te ayuden a recuperar electrolitos como sodio y potasio.
- Haz estiramientos suaves.
El cuerpo todavía está “caliente” tras el ejercicio, lo que hace que sea un buen momento para realizar estiramientos suaves. Esto ayuda a reducir la rigidez muscular, mejora la circulación y puede prevenir dolores o lesiones posteriores. No hace falta una rutina larga: unos 5-10 minutos de estiramientos básicos son suficientes.
- Come un snack saludable.
Si el entrenamiento fue exigente o si pasaste mucho tiempo sin comer, puedes ingerir un snack saludable. Algunas buenas opciones incluyen un plátano, un puñado de frutos secos, un yogur. Estos alimentos aportan energía y nutrientes que ayudan a la recuperación muscular.
- Tomarte unos minutos para descansar y volver a la calma.
Además del cuerpo, la mente también necesita bajar revoluciones. Aprovecha este tiempo para respirar profundo, sentarte unos minutos o simplemente caminar lento. Si estuviste entrenando en un gimnasio, puedes usar este rato para ordenar tus cosas, escuchar música tranquila o planificar tu día.