Un estudio de la Clínica del Sueño de la UNAM reveló que por insomnio hay riesgo de adicción a fármacos.
De acuerdo con la investigación, las personas con este problema del sueño hacen uso irracional de medicamentos, principalmente de benzodiazepinas y antipsicóticos.
Incluso hay gente que trata de dormir fumando mariguana en la noche o tomando alcohol, lo que complica más los problemas del sueño.
CASI EL 20% DE PERSONAS MAYORES DE 20 AÑOS PADECEN INSOMNIO EN MÉXICO
Ulises Jiménez Correa, investigador de la Facultad de Medicina de la UNAM y uno de los principales autores de Uso irracional de medicamentos entre adultos con insomnio: un estudio observacional en una clínica del sueño en México, destacó que en nuestro país el 18.8% de los adultos mayores de 20 años padecen insomnio.
Se trata del trastorno del sueño más común e implica que varios millones de personas presentan dificultad para retomarlo y dormir, o al menos tener una cantidad mínima aceptable de descanso, la cual debe ser de seis horas por noche.
La investigación publicada en la revista Pharmacy dio seguimiento a 89 pacientes adultos con diagnóstico de insomnio crónico que habían consumido medicamentos para este desorden durante los 12 meses previos a su ingreso a la Clínica.
Tras recopilar información sobre patrones de utilización de medicamentos y uso irracional, considerando indicaciones terapéuticas, dosis, vía de administración y duración del tratamiento encontró que, aunque la mayoría los recibió vía receta médica, para muchos el fármaco no era apropiado para tratar su enfermedad, por lo que debería ser obligatorio que tengan atención médica especializada.
En este contexto, el especialista expuso que, entre el insomnio, el ronquido y las apneas la gente tiene mala calidad de sueño, lo que baja su calidad de vida y provoca síntomas de ansiedad y depresión, primordialmente.
En el corto plazo producen fatiga diurna, irritabilidad, disforia, tensión y depresión situacional; a largo plazo aumenta la probabilidad de depresión, disminución del estado de ánimo, tendencia a enfadarse, mala memoria, fatiga o consecuencias aún más graves como mayor riesgo de complicaciones fatales, por ejemplo, hipertensión, interferencia con el rendimiento laboral y somnolencia al conducir.
Pese a ello, hasta el 85% de los pacientes con insomnio crónico nunca son identificados.