Desde el 2022, Infobae México informó acerca de la niña Michelle Alejandra Arellano, originaria de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, quien en ese entonces sorprendió a medios locales, nacionales e internacionales por poseer un coeficiente intelectual (IQ) de 158 puntos, dos menos que el físico alemán Albert Einstein; y seis más que Mark Zuckerberg (CEO de META), una característica que según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se presenta únicamente en tres de cada 100 niños.
Desde aquel momento llamó la atención ya que con sólo 10 años se preparaba para cursar estudios de medicina en la prestigiosa Universidad de Massachusetts, en Estados Unidos, y cumplir su sueño de ser doctora para encontrar la cura del cáncer y el autismo, especializarse en cardiología pediátrica y en un futuro ser gobernadora de su estado natal.
Pequeña genio
Ahora los reflectores y la atención volvieron a volcarse sobre ella debido a que ya son tres carreras universitarias las que cursará, además de medicina -quinto semestre-; estudiará derecho, en la Universidad Metropolitana de Chiapas; y ciencias políticas, en una institución privada en la Ciudad de México, por la interconexión entre éstas y el potencial que tienen para influir,así como actividades deportivas y extracurriculares.
Con sólo un año y medio de edad aprendió a hablar inglés, pero su inquietud y sus habilidades la llevaron a dominar el francés, alemán e italiano; a los cuatro años, ya sabía leer y escribir, aprobó la primaria, secundaria y a través del Centro Nacional para la Evaluación de la Educación Superior (CENEVAL), logró aprobar la preparatoria.
Por las tardes practica natación, basquetbol y taekwondo a nivel competitivo, pues ha representado a su entidad en eventos nacionales, que combina con actividades artísticas como la pintura.
El rechazo
Pese a su brillantez, el camino recorrido no ha sido fácil para Karina Guillén Cruz, su mamá y cirujana de profesión, quien evidenció ante un medio internacional la poca o nula la información sobre los niños genio en México, razón por la cual tuvo que recurrir a especialistas que la apoyaron para orientarla y poder gestionar las habilidades e intelecto de su hija.
Por si fuera poco, la familia también enfrentó el hermetismo del sistema educativo del país, pues contrario a lo que se pudiera pensar, la pequeña fue rechazada en cinco escuelas de Tuxtla Gutiérrez con el argumento de que “los maestros no podían lidiar con su inteligencia” y no quedó de otras más que presionar a las autoridades educativas de Chiapas para que la aceptaran en una escuela y subirla de grado -en tiempo récord- por su rápida habilidad para aprender.
A partir de sus experiencias, la madre comenzó creó una red de apoyo y orientación para los padres de niños superdotados.
Cabe decir que para cuando se gradúe de las tres carreras, Michelle seguirá siendo menor de edad.
