Este año, el Carnaval de Mazatlán decidirá cuál símbolo de descontento será purificado en su tradicional acto de sátira y crítica social.
Mazatlán, Sin.- (RI Noticias) – Durante el Carnaval de Mazatlán, una de las tradiciones más esperadas es la “Quema del Mal Humor”, un acto simbólico donde se quema una figura representativa de las molestias o problemas del año presente o anterior. Esta práctica, que combina humor y crítica social, tiene una larga historia en la ciudad portuaria.
La “Quema del Mal Humor” es un reflejo de cómo Mazatlán ha utilizado el carnaval para satirizar y purgar los males del año presente o pasado. “Es una forma de catarsis colectiva”, comenta Enrique Vega Ayala, Cronista de la Ciudad, destacando su valor cultural y social.
A diferencia de lo que podría pensarse, no existe un comité formal conocido como los “Bolcheviques” que seleccione el “quemado” del año. Vega Ayala explica que el proceso es más informal: “Realizamos una especie de investigación sobre qué ha sido más molesto o significativo para Mazatlán. No hay sondeos ni votos; se trata de captar el sentir general de la comunidad.”
Este año, las opciones incluyen la película “Emilia Pérez”, que ha generado debate cultural, y los aranceles, que amenazan con impactar a la economía nacional. Sin embargo, hay temas que no se consideran para la quema, como la religión y la política directa, para mantener la tradición dentro de los límites del buen humor y la sátira constructiva. “Hay líneas que no cruzamos”, subraya Vega Ayala.
Investigación Informal: Se observa lo que ha sido tema de conversación y molestia durante el año.
Consenso Comunitario: La decisión se basa en un consenso no formalizado de lo que la comunidad siente como un mal común.
Anuncio Público: Personas adoptando el rol de “Bolcheviques” anuncian la elección en un acto festivo.
La Quema: Durante el carnaval, la efigie o representación del elegido es quemada en una ceremonia pública, simbolizando un nuevo comienzo libre de las preocupaciones del año anterior.
Vega Ayala concluye, “Es una celebración de nuestro espíritu crítico y humorístico, permitiéndonos reírnos de nuestros problemas y, de alguna manera, dejarlos atrás.”
Este ritual no solo es una parte integral del Carnaval de Mazatlán sino también una manifestación de cómo la comunidad procesa y expresa su descontento y esperanza, manteniendo un equilibrio entre la crítica y el respeto. Con esta tradición, Mazatlán se prepara para otro año de reflexión y celebración.