La reactivación económica en horarios nocturnos sigue siendo un reto en Culiacán debido al temor de los ciudadanos por la inseguridad, a pesar de que los comerciantes ofrecen mejores salarios para incentivar la contratación, reveló Óscar Sánchez Beltrán, presidente de la Unión de Comerciantes de Culiacán (UCC).
De acuerdo con el líder del comercio formal, durante la crisis de inseguridad se perdieron más de tres mil empleos nocturnos, particularmente en negocios de alimentos preparados y entretenimiento, como bares, antros y los denominados food parks.
Actualmente, solo el 40 por ciento de las actividades económicas nocturnas han logrado reactivarse, pero enfrentan grandes dificultades por la falta de personal.
“Se han abierto algunos negocios en la noche, pero no han podido operar adecuadamente porque no hay quien quiera trabajar”, explicó Sánchez Beltrán. “Hemos invitado a regresar a las personas que ya laboraban en estos horarios, pero no han aceptado, y tampoco hemos logrado atraer nuevos aspirantes. El principal argumento es el miedo a vivir un hecho de violencia”.
El dirigente lamentó que este problema está frenando la recuperación económica en el sector nocturno y advirtió que, mientras no se logre controlar la inseguridad, será difícil que estas actividades vuelvan a operar al 100 por ciento.
Inseguridad también afecta actividades diurnas
Sánchez Beltrán también señaló que, aunque las actividades matutinas y vespertinas están funcionando, enfrentan dificultades debido a la falta de ventas, lo que agrava la situación para los comercios locales.
“La inseguridad no solo afecta a los horarios nocturnos; también desincentiva el consumo y limita la movilidad de las personas. Esto se traduce en menores ingresos para los negocios, incluso durante el día”, agregó.
Ante este panorama, el presidente de la UCC llamó a las autoridades a redoblar esfuerzos para garantizar la seguridad en la ciudad y permitir que la economía pueda recuperarse de manera integral.
La inseguridad ha cambiado el estilo de vida de los sinaloenses
El miedo a la violencia ha cambiado los hábitos laborales de muchos ciudadanos, quienes ahora prefieren horarios diurnos y empleos más cercanos a sus hogares para evitar riesgos. Comerciantes y empresarios coinciden en que, sin un entorno seguro, la contratación de personal nocturno continuará siendo una misión prácticamente imposible.
Por ahora, los negocios nocturnos operan a su mínima capacidad, mientras las calles de la ciudad siguen quedándose vacías en las noches, reflejando el impacto de una crisis que va más allá de lo económico.