La producción de maíz en México para el ciclo agrícola de 2024 se estima en 25.1 millones de toneladas, marcando un descenso significativo que incrementa la dependencia del país de las importaciones, especialmente desde Estados Unidos, donde se espera comprar alrededor de 24 millones de toneladas. Esta situación ha levantado alarmas sobre la autosuficiencia alimentaria mexicana, según apuntan expertos de la Universidad Autónoma Chapingo.
Gerardo Noriega Altamirano, investigador del Departamento de Agronomía de dicha universidad, ha resaltado la urgencia de regular las importaciones y prohibir el cultivo de maíz transgénico, sobre todo tras la pérdida del panel contra Estados Unidos y Canadá que trata sobre este tema.
“México cuenta con una gran diversidad de maíz, con 64 razas, de las cuales 59 son nativas y se dividen en siete grupos raciales por sus características evolutivas y ecológicas”, afirmó Noriega Altamirano.
El experto subraya la necesidad de una política de seguridad nacional que proteja las semillas nativas, destacando la importancia cultural, biológica, gastronómica y económica del maíz en México. Propone la creación de un Programa Emergente de Producción de Alimentos que no solo aborde la crisis actual sino que también mire hacia el futuro con medidas como:
Inversión en el patrimonio suelo y la diversidad genética de cultivos claves como el maíz y el frijol.
Desarrollo de insumos especializados para la nutrición vegetal y estrategias de producción de diferentes variedades de maíz.
Fomento de la colaboración entre organizaciones de productores, consultores especializados, empresas sociales, profesionales de la agronomía, investigadores, académicos y el gobierno.
Noriega Altamirano enfatizó que México tiene la experiencia y la capacidad para organizarse y enfrentar esta crisis de producción agrícola. La visión es no solo superar la escasez de 2024, sino también sentar las bases para una agricultura más sostenible y resiliente frente a los desafíos climáticos y de mercado.