Mazatlán, Sin.- (RI Noticias) .- En Mazatlán, se celebró el Foro sobre Seguridad Hídrica para Distritos de Riego, un evento clave organizado por Conselva Costas y Comunidades A.C., que reunió a autoridades, expertos y representantes de organizaciones civiles para abordar la urgente necesidad de implementar prácticas de riego más eficientes. El objetivo principal es garantizar la sostenibilidad del recurso hídrico en una región con altos índices de sequía y una creciente demanda agrícola.
El foro contó con la participación de destacados especialistas en infraestructura hidroagrícola y manejo de agua, como:
M.C. Sandra Guido, Directora Ejecutiva de Conselva.
Luis Bojórquez Rodríguez, Director de Programas de Conselva.
M.C. Sirio Moreno Armenta, Coordinador del Despacho de los Asuntos de la Dirección de Infraestructura Hidroagrícola del Organismo de Cuenca Pacífico Norte y Jefe de los Distritos de Riego 010 Culiacán-Humaya y 075 Mocorito (CONAGUA).
M.I. Mario Alberto Montiel Gutiérrez, Tecnólogo del Agua del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA).
Román Gómez González Cosio, Consultor de la Fundación Gonzalo Río Arronte (FGRA).
M.C. Gabriel Origel Gutiérrez, Director de Medio Ambiente y Recursos Hídricos de Hábitat, Desarrollo del Territorio y de la Sociedad A.C.
Sandra Guido, Directora Ejecutiva de Conselva, destacó la importancia de la tecnificación del riego como una de las principales estrategias para optimizar el uso del agua en los distritos agrícolas. Este proceso implica la instalación de sistemas de riego más eficientes, como los riegos por goteo, que permiten una distribución más precisa del agua, reduciendo el desperdicio y garantizando que se destine la cantidad justa a los cultivos.
Guido advirtió sobre el impacto del uso intensivo del agua en el sector agrícola, señalando que el 94% del agua concesionada en Sinaloa proviene de las presas, que abastecen tanto a las ciudades como a los campos. Sin embargo, la agricultura debe adoptar prácticas más eficientes para evitar crisis de abastecimiento en las zonas urbanas. “Estamos ante un nuevo clima y debemos adaptarnos. Necesitamos empezar con un manejo del agua acorde a esta realidad para evitar que la región sur de Sinaloa, con las presas Picachos y Santa María, enfrente el agotamiento que ya viven otras regiones del estado”, enfatizó Guido.
También señaló que las presas no generan agua, solo la almacenan, y que las cuencas son las verdaderas productoras del recurso. Por ello, instó a invertir en la reactivación de procesos ecológicos que aseguren el flujo adecuado hacia los embalses.
Mazatlán, que recibe 4.8 millones de turistas al año y sigue creciendo rápidamente, enfrenta un dilema ante la reducción del 56% en la disponibilidad de agua superficial en la última década. Esto, sumado a la expansión agrícola y ganadera, ha incrementado la presión sobre los recursos hídricos. La Presa Picachos, diseñada originalmente para una población de 350,000 habitantes, ahora debe abastecer no solo a una población mucho mayor, sino también a las crecientes demandas del turismo y el Distrito de Riego 111.
El aumento de hectáreas bajo riego fue otro de los puntos clave discutidos en el foro. Actualmente, el Distrito de Riego 211 ha incrementado su superficie de 8,000 a 22,500 hectáreas, lo que exige un sistema de distribución más avanzado para aprovechar al máximo los recursos hídricos disponibles.
Se discutió también la reconversión de cultivos en la región, destacando la importancia de identificar cultivos de bajo consumo de agua pero alto valor comercial, como el agave. Este cultivo ha demostrado ser más eficiente en cuanto al uso del agua y podría convertirse en una alternativa viable para áreas agrícolas afectadas por la escasez de agua. No obstante, se destacó la necesidad de manejar adecuadamente el cambio de uso de suelo para evitar impactos negativos en el medio ambiente y asegurar la sustentabilidad a largo plazo.
El foro subrayó la importancia de cambiar las prácticas culturales en la agricultura, promoviendo una mayor conciencia sobre la necesidad de cuidar el agua. Sin este cambio, los participantes advirtieron que las consecuencias podrían ser graves: la escasez de agua podría afectar no solo la producción agrícola, sino también el abastecimiento para consumo humano y la preservación de los ecosistemas locales.
Las autoridades, como M.I. Mario Montiel, Instituto Mexicano de Tecnología del Agua de IMTA, enfatizaron que la clave está en la colaboración entre el sector agrícola, las autoridades y las organizaciones civiles para implementar estrategias que permitan un uso más racional y eficiente del agua. Sin estas medidas, el futuro de la agricultura en Sinaloa y en otras regiones de México podría estar en riesgo.
Los expertos coincidieron en que, más allá de las soluciones técnicas, es esencial un cambio cultural en la gestión del agua. Esto incluye la capacitación de los agricultores en prácticas sostenibles y la sensibilización de la población sobre la importancia de conservar este recurso vital.