A diario, los mexicanos inhalan aire contaminado, cargado de partículas en suspensión y gases provenientes de emisiones de tráfico, industriales, partículas de polvo y microorganismos.
Esta constante exposición representa un peligro latente de desarrollar enfermedades respiratorias como el asma y la bronquitis.
Además, esta situación se agrava debido a que las mujeres y los niños son los más afectados ya que el 25.3% de los menores de edad afectados no recibe tratamiento.
De acuerdo al Anuario de Morbilidad 1984-2022, el asma es una de las veinte principales causas de enfermedad, afectando principalmente a niños de 5 a 9 años, con más de 26 mil casos registrados en 2022, ya que los niños, al inhalar un mayor volumen de aire que los adultos, están en mayor riesgo de desarrollar asma.
Por otra parte, la prevalencia de los síntomas del asma ha incrementado en los últimos 15 años, con una mayor incidencia en mujeres debido a factores genéticos y hormonales.
Los síntomas más comunes incluyen la falta de aire, el dolor u opresión en el pecho, las sibilancias al exhalar, la tos persistente y los problemas para dormir causados por la tos o la falta de aliento.
Entre los factores de riesgo para padecer asma se encuentran la predisposición genética, el sobrepeso, ser fumador activo o pasivo, y la exposición a sustancias químicas utilizadas en la agricultura, peluquería o fábricas.
Al respecto, Cynthia Vega, directora de Relaciones Medicas de PiSA Farmacéutica, expuso que México, enfrenta un reto considerable con el asma.
“Debido a que afecta la salud física de los pacientes y también merma su bienestar emocional y económico. Es imperativo que aumentemos los esfuerzos en educación y prevención para mitigar su impacto”, indicó.
La urbanización y la exposición a contaminantes atmosféricos han contribuido al aumento de esta enfermedad en ciudades altamente industrializadas como Monterrey, Guadalajara y Querétaro.