Mazatlán, Sinaloa. (RI Noticias) – La sequía más severa en más de 50 años ha golpeado fuertemente al sector ganadero de Mazatlán y otras regiones de México, generando una crisis económica y productiva sin precedentes. En el municipio sinaloense, los ganaderos enfrentan una grave escasez de agua y alimentos para el ganado, lo que ha obligado a muchos a vender sus cabezas a precios bajos, con pérdidas económicas estimadas en más de 52 millones de pesos.
José Antonio Lizárraga Rivera, presidente de la Asociación Ganadera de Mazatlán, destacó la gravedad de la situación: “Está crítica la cosa porque no hay alimentos, se batalla con el agua, con todo. Ha sido muy difícil este año”. Según las autoridades locales, más de 3,500 cabezas de ganado han sido sacrificadas o vendidas debido a la imposibilidad de mantenerlas, afectando directamente la economía de las familias ganaderas y la oferta de productos derivados de la ganadería en la región.
Para enfrentar la crisis, los ganaderos han comenzado a construir pozos artesanales y han solicitado apoyo al gobierno municipal para la construcción de represas y bordos abrevaderos. Además, en una reciente reunión con la alcaldesa Estrella Palacios Domínguez, los productores gestionaron la entrega de semillas para enfrentar la temporada de estiaje, la cual se prevé incierta debido a la falta de lluvias continuas.
La situación de Mazatlán refleja un fenómeno más amplio que afecta a varias zonas productoras de carne en el país. Según el Banco de México (BdeM), el 74.9% de la producción bovina en México depende del pastoreo, lo que pone en riesgo tanto los ingresos de los ganaderos como la oferta de carne de res. En estados como Jalisco y Veracruz, los cuales producen aproximadamente una cuarta parte de la carne de res en el país, los efectos de la sequía también son palpables.
El análisis del BdeM revela que el riesgo de periodos de estiaje más largos y frecuentes podría afectar la oferta de carne a corto plazo, y aunque a mediano plazo los precios puedan aumentar, los ganaderos se ven forzados a vender el ganado antes de tiempo, lo que reduce el peso de los animales y su valor en el mercado.
Ante este escenario, el Banco de México ha propuesto varias medidas para mitigar los efectos de la sequía en la ganadería nacional. Entre ellas, se incluye la agilización de las importaciones de carne, la promoción del pastoreo controlado, la creación de programas para la producción de forrajes y la adquisición de seguros para el ganado. Asimismo, diversas organizaciones, como Conselva y Costas y Comunidades AC, han señalado que la deforestación y el cambio climático han empeorado la capacidad de las cuencas para retener agua, lo que agrava aún más la crisis hídrica en Sinaloa y otras regiones del país.
Además de las pérdidas en el sector ganadero, la sequía también ha afectado a la economía local y al bolsillo de los consumidores. En Mazatlán, los precios de productos lácteos y carne se han elevado, lo que ha generado preocupación entre los habitantes que enfrentan un aumento en el costo de vida debido a la reducción en la oferta de estos productos.
En este contexto, los ganaderos locales han hecho un llamado urgente a las autoridades para implementar medidas eficaces y sostenibles que les permitan salir de la crisis y garantizar el futuro del sector ganadero en Sinaloa y en todo México. De lo contrario, advirtieron, la situación podría empeorar, afectando no solo la economía local, sino también la estabilidad de los precios de los alimentos a nivel nacional.