El Gobierno de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, presentó su primer presupuesto anual, el de 2025, en el que contempla una reducción del gasto público del 1.9 por ciento y una caída del déficit a 3.2 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), tras alcanzar casi 6 por ciento este año.
El paquete económico que entregó el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, a la Cámara de Diputados contempla un gasto neto total de 9.22 billones de pesos, por debajo de los 9.45 billones de 2024.
“Se planifica una inversión sólida en proyectos de infraestructura que impulsarán el crecimiento económico de forma inmediata y generarán beneficios a largo plazo. Además, se destinarán recursos para ampliar la cobertura de los Programas para el Bienestar“, establece el resumen ejecutivo del proyecto.
Por otro lado, como prometió Sheinbaum, el Gobierno contempla reducir a 3.2 por ciento del PIB el déficit con medidas de “austeridad republicana” para la Administración federal, tras la subida de los gastos durante el 2024, año electoral y el último de la presidencia de Andrés Manuel López Obrador (2018-2024).
A pesar de la reducción de los egresos, la Ley Federal de Ingresos de 2025 contempla un incremento estimado del 3.3 por ciento hasta los 8.055 billones de pesos, frente a los 7.8 billones esperados en 2024.
En tanto, la deuda ascendería al 51.8 por ciento del PIB, dos puntos porcentuales más que la estimada para 2024 en el paquete anterior.
“En cuanto a las finanzas públicas, se propone una gestión fiscal responsable que mantenga un déficit moderado y una deuda estable, comparativamente favorable respecto a otras economías emergentes de América Latina”, señaló el titular de Hacienda.
Las proyecciones del Gobierno también consideran una inflación general del 3.5 por ciento al cierre de 2025, un indicador que ascendió al 4.76 por ciento en octubre pasado.
Y el tipo de cambio promedio se proyecta en 18.7 pesos por dólar estadounidense, aunque ahora está cercano a las 20 unidades.
Entre optimismo y perspectivas “negativas”
El paquete económico, que los diputados deben aprobar antes del 13 de diciembre, también establece un estimado oficial de crecimiento de 2.5 por ciento del PIB en 2025, lo que contrasta con del Fondo Monetario Internacional (FMI), que en octubre previó 1.3 por ciento, mientras que el Banco Mundial estimó un 1.5 por ciento.
Hacienda había vaticinado un crecimiento de entre 2.5 y 3.5 por ciento para 2024 en el plan que presentó el año pasado, pero el PIB mexicano acumula una subida de 1.7 por ciento anual en los primeros tres trimestres, según la estimación oportuna que presentó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) en octubre pasado.
“Entregamos estos documentos en un contexto económico positivo”, sostuvo Ramírez de la O ante el Congreso.
La presentación quedó empañada por la determinación de la agencia Moody’s, que mantuvo en Baa2 su calificación de México, pero rebajó la perspectiva a negativa por su “visión de un debilitamiento del marco institucional y de formulación de políticas que podría socavar los resultados fiscales y económico”.
¿Una reforma fiscal?
La presidenta previó “algunos ajustes en la miscelánea, menores”, pero sin una reforma fiscal.
Por ahora, el Gobierno se va “a dedicar todavía más a fortalecer la recaudación de aduanas, a disminuir los trámites en el SAT (Sistema de Administración Tributaria) para aumentar la recaudación y en el fortalecimiento de la recaudación, en evitar la evasión”.
“Si son necesarias reformas adicionales, las estaremos trabajando a lo largo del próximo año, pero todavía yo creo, lo hemos estudiado desde hace varios meses, hay muchas oportunidades de recaudación sin necesidad de una reforma fiscal profunda”, expuso en su conferencia matutina.