Los alimentos enlatados son una opción práctica y de larga duración para muchas personas. Sin embargo, entender las diferencias entre fecha de consumo preferente y fecha de caducidad, así como los riesgos asociados a su consumo excesivo, es crucial para garantizar la seguridad alimentaria.
Fecha de consumo preferente vs. fecha de caducidad
¿Qué significa la fecha de consumo preferente?
Esta fecha indica el período durante el cual el producto conserva su calidad óptima (sabor, textura y propiedades nutricionales). Después de esta fecha, los alimentos podrían seguir siendo seguros si:
- La lata no presenta abolladuras, corrosión o hinchazón.
- Han sido almacenados en un lugar fresco y seco.
- Por ejemplo, una lata con fecha de consumo preferente en marzo de 2024 podría seguir siendo apta si cumple con estas condiciones.
¿Qué pasa con la fecha de caducidad?
A diferencia de la fecha de consumo preferente, la fecha de caducidad indica el límite seguro para el consumo del producto. Esta fecha es poco común en los alimentos enlatados debido a su larga vida útil.
¿Qué revisar antes de consumir alimentos enlatados?
- Que la lata esté en buen estado (sin deformaciones, óxido o hinchazón).
- Que el contenido no tenga olores, colores o texturas anormales.
De acuerdo con la NOM-051-SCFI/SSA1-2010, todas las etiquetas deben incluir:
- Fecha de consumo preferente o de caducidad.
- Indicaciones de almacenamiento.
- Advertencias en caso de requerir precauciones específicas.
Riesgos potenciales del consumo excesivo de alimentos enlatados
Aunque los alimentos enlatados son seguros en moderación, su consumo excesivo podría estar relacionado con ciertos riesgos para la salud.
- 1. Presencia de Bisfenol A (BPA)
El BPA es un químico utilizado en el revestimiento de las latas para evitar la corrosión.
Riesgos: Es un disruptor endocrino que podría interferir con las hormonas y, según estudios en animales, aumentar el riesgo de CÁNCER de mama y próstata.
Situación actual: Aunque muchas marcas han eliminado el BPA, sigue presente en algunos productos. Las agencias regulatorias como la FDA y la EFSA consideran que los niveles de BPA en alimentos son seguros, pero las investigaciones continúan.
- 2. Conservadores y alto contenido de sodio
Sal/sodio: El consumo excesivo puede llevar a hipertensión y, en algunos casos, está relacionado con el CÁNCER gástrico.
Nitratos y nitritos: Presentes en carnes procesadas enlatadas, pueden formar compuestos con potencial cancerígeno (nitrosaminas).
- 3. Compuestos generados por el proceso de enlatado
Algunos métodos de esterilización pueden producir aminas heterocíclicas o compuestos avanzados de glicación, asociados con riesgos en estudios de laboratorio.
- 4. Pérdida de nutrientes
El proceso de enlatado puede reducir la cantidad de ciertas vitaminas, como la vitamina C, lo que refuerza la importancia de una dieta variada con frutas y vegetales frescos.
Recomendaciones prácticas para reducir riesgos
- Elige latas sin BPA: Busca etiquetas que especifiquen la ausencia de este compuesto.
- Lava los alimentos enlatados: Escurre y enjuaga productos como frijoles o vegetales para disminuir el sodio.
- Reduce carnes procesadas enlatadas: Limita embutidos o patés, que suelen tener más conservadores.
- Varía tu dieta: Complementa con alimentos frescos, congelados o secos.
En resumen, consumir alimentos enlatados en moderación es seguro para la mayoría de las personas. Sin embargo, una dieta excesivamente basada en estos productos podría incrementar riesgos relacionados con el BPA, sodio y conservadores. La clave está en mantener una dieta balanceada y verificar siempre las condiciones del empaque antes de consumirlos.