Mazatlán, Sin.- (RI Noticias) -La temporada pesquera en Sinaloa ha traído consigo una serie de dificultades para los pescadores locales, quienes dependen en gran medida de la pesca nocturna. Uno de los trabajadores de la playa norte de Mazatlán, explica que en la orilla ya casi no hay pesca, y que “lo único que nos está redituando es la pesca de noche”. Durante estas jornadas, que se extienden desde la tarde hasta la madrugada, logran capturar corvina y bicuda, las pocas especies que siguen siendo viables.
Sin embargo, la situación se ha vuelto cada vez más complicada. Las condiciones climáticas han sido un obstáculo importante: el reciente frente frío ha traído consigo marejadas peligrosas, haciendo riesgosa la pesca para quienes operan en pequeñas embarcaciones. Además de los riesgos de seguridad, los altos costos de la gasolina —que pueden llegar hasta 600 pesos por día de pesca— limitan aún más las ganancias de los trabajadores.
A este desafío se suma el problema de la contaminación del mar, que ha afectado la cantidad y calidad de las capturas. La acumulación de desechos en las aguas cercanas a la costa ha reducido los niveles de oxígeno, dificultando la reproducción de varias especies. Aunque la Escuela de Ciencias del Mar se encuentra cerca, los pescadores sienten que la falta de atención e investigación en torno a esta contaminación ha dejado desprotegida a la pesca local. “Nadie viene a preguntar qué pasa con la escasez de pesca”, lamentó el pescador.
La situación económica de los trabajadores es cada vez más precaria. Para una salida básica, se requiere un mínimo de 200 pesos en gasolina, lo que solo alcanza para cubrir distancias cortas; sin embargo, las capturas más prometedoras suelen encontrarse en zonas más alejadas, como rumbo a Mármol, donde los costos de combustible se elevan hasta los 600 pesos. La comunidad pesquera permanece en una encrucijada, esperando que los meses venideros traigan mejores condiciones, aunque el panorama sigue siendo incierto.