La fresa, también conocida como frutilla, no solo destaca por su sabor y versatilidad, sino por su alto valor nutricional que la convierte en un alimento protector contra varias enfermedades. Apreciada especialmente en la temporada de calor, este fruto pertenece a la familia de las rosáceas y es originario de un híbrido entre especies silvestres de América del Norte y Chile. Desde su cultivo inicial en Francia en el siglo XV, la frutilla ha evolucionado hasta convertirse en un alimento popular, tanto por su sabor como por sus múltiples beneficios para la salud.
¿Cuáles son los nutrientes clave en las fresas?
Las fresas se caracterizan por su alto contenido en vitamina C, compuestos antioxidantes y fibra dietética. Este perfil nutricional aporta beneficios esenciales: la vitamina C, en particular, no solo fortalece el sistema inmunológico, sino que es crucial para la salud de la piel, debido a su capacidad antioxidante. Este antioxidante natural ayuda a retardar el daño celular, disminuyendo la velocidad de deterioro cognitivo y el riesgo de enfermedades neurodegenerativas. Según datos del Mercado Central de Buenos Aires, 100 gramos de frutilla aportan 88,5 mg de vitamina C, superando a cítricos como el limón y la naranja.
¿Cómo protegen las fresas contra el deterioro cognitivo?
Un estudio de la Universidad de Harvard, el Nurses’ Health Study, demostró que el consumo de fresas ayuda a ralentizar el deterioro mental en adultos mayores. La investigación, que evaluó a 16,000 personas mayores de 70 años, evidenció que quienes consumían más fresas y arándanos mantenían una capacidad cognitiva similar a personas de hasta dos años y medio más jóvenes. Este efecto protector se atribuye a compuestos vegetales como las antocianinas y los flavonoides, los cuales defienden las células cerebrales de agentes oxidantes que contribuyen al envejecimiento neuronal.
¿Por qué el ácido elágico de las fresas es importante?
Las fresas son una fuente significativa de ácido elágico, un compuesto antioxidante con propiedades antimutagénicas y anticarcinogénicas. Estudios de la Universidad Nacional del Litoral demostraron que la concentración de ácido elágico en las fresas es notablemente superior a la de otras frutas comunes como la banana o la ciruela. Este compuesto contribuye a prevenir mutaciones celulares, ayudando así a proteger el organismo de enfermedades graves.
¿Qué beneficios digestivos ofrecen las fresas?
La fibra presente en las fresas facilita el tránsito intestinal y actúa como prebiótico, beneficiando a las bacterias buenas del intestino. Además, con un alto contenido de agua y pocas calorías, las fresas resultan hidratantes y proporcionan una sensación de saciedad prolongada, lo que las hace ideales para una dieta balanceada.
¿Cómo aprovechar al máximo las propiedades de las fresas?
Para preservar sus nutrientes, es importante elegir fresas firmes, sin golpes y con el tallo verde. Antes de consumirlas, se recomienda lavarlas suavemente para eliminar posibles residuos de agroquímicos. Estas prácticas simples maximizan su frescura y sus beneficios para la salud, lo que convierte a las fresas en una opción ideal para prevenir enfermedades y mantener una dieta saludable.