En el panorama de la música en español hemos visto como a lo largo de los años han surgido distintos grupos que logran la fama internacional, pero uno de los más importantes que sigue siendo una referencia bien popera es Timbiriche. La banda fue creada por los productores Luis de Llano y Julissa, con el respaldo de Televisa, y en un principio estuvo conformada por Alix Bauer, Paulina Rubio, Sasha Sökol, Benny Ibarra, Mariana Garza, Diego Schoening y Erik Rubín.
Las y los jóvenes, que comenzaron siendo niños, crecieron en el escenario y se convirtieron en estrellas nacionales, con gran influencia en la moda y la música de la época. El primer álbum de Timbiriche, homónimo, fue lanzado en 1982 y contenía temas pegajosos como “Amor primero” y “Y la fiesta comenzó”, dirigidos principalmente a un público infantil, pero a medida que los miembros de la banda crecieron, su música también evolucionó, adaptándose a un estilo más juvenil y romántico, ésto los ayudó a captar un público más amplio y consolidarse como íconos pop.
Pero entre los muchos éxitos de Timbiriche, una de las canciones más reconocidas es “Soy un desastre”, pues aunque muchos renieguen de su gusto por el tema pop, seguramente la has cantando más de una vez recordando aquellos tiempos ochenteros. Lanzada en 1985 como parte del álbum “Timbiriche Rock Show”, el tema surgió en un momento en que el pop latino estaba consolidándose como una fuerza cultural en América Latina y aunque sigue siendo un clásico, las nuevas generaciones han cuestionado la carga misógina que tiene su letra.
¿”Soy un desastre” de Timbiriche, es machista?
Los ochenta fueron también una época en la que, aunque el feminismo comenzaba a ganar espacio en México y otros países de América Latina, los estereotipos de género permanecían firmemente arraigados en la cultura popular. Las baladas románticas, especialmente, funcionaban como canales a través de los cuales los roles tradicionales de género se consolidaban y en este contexto, “Soy un desastre” contribuye al imaginario de la mujer como redentora, emocionalmente madura y capaz de lidiar con las carencias emocionales del hombre.
Y es que al analizar los versos de “Soy un desastre”, es evidente que la canción gira en torno a la narrativa de un hombre que se define a sí mismo como incapaz de funcionar sin la presencia de la “mujer amada”. Desde los primeros versos, la letra nos habla de una dependencia emocional que, lejos de presentar un amor sano, nos muestra a un hombre que necesita ser cuidado y sostenido por la figura femenina. Con frases como “soy un desastre cuando tú te vas de casa”, el personaje masculino se posiciona como alguien cuya estabilidad y bienestar están completamente ligados a la presencia de la mujer.
Este discurso establece una dinámica de dependencia que no es inusual en las baladas románticas de la época, pero que perpetúa el estereotipo de que el hombre es incapaz de gestionar su mundo sin el soporte constante de una mujer. La mujer, en este sentido, es presentada indirectamente como un “pilar”, como el único recurso capaz de devolverle sentido a la vida del hombre.
Por otra parte, la “carga mental” es otro concepto que se puede analizar dentro de la canción y hace referencia a la responsabilidad invisible que muchas mujeres asumen en términos de planificación, organización y gestión emocional en sus relaciones y hogares. En el caso de “Soy un desastre”, podemos ver cómo la narrativa de dependencia masculina y sacrificio femenino genera una carga adicional para la mujer, quien es vista como el “orden” frente al “caos” masculino.
La carga mental no solo implica realizar tareas prácticas y organizativas, sino también gestionar el bienestar emocional de la pareja. Esto se traduce en una exigencia adicional y en un desgaste emocional para la mujer, quien termina siendo la depositaria de los problemas, frustraciones e inseguridades del hombre, sin obtener un soporte equivalente en retorno. Así, la canción, aunque no de forma explícita, sugiere que el bienestar de la relación depende de la disposición de la mujer para asumir este rol de cuidadora.
Los roles de género normalizados en la música
De la misma forma, la canción coloca a la mujer en una posición de responsabilidad tácita, encargada de soportar las inseguridades y problemas emocionales del hombre. El personaje masculino se muestra “desastroso” y fuera de control sin la presencia de su pareja, lo cual implica una expectativa de que la mujer debe mantener la paz emocional del hombre. Este tipo de narrativa refuerza el rol tradicional de la mujer como “cuidadora emocional”, una figura destinada a soportar y resolver las crisis emocionales masculinas.
La teoría feminista ha abordado este fenómeno bajo el concepto de “trabajo emocional”, un término acuñado por la socióloga Arlie Hochschild para describir la labor invisible y no remunerada que muchas mujeres realizan al gestionar y regular las emociones dentro de una relación o una familia. En “Soy un desastre”, la mujer no solo está ahí para “completar” emocionalmente al hombre, sino que también se convierte en una especie de salvadora por lo que la canción envía el mensaje de que el amor femenino debe ser incondicional, paciente y dispuesto a enfrentar la irresponsabilidad masculina sin exigir reciprocidad.
En la actualidad, la visión sobre las relaciones de pareja ha cambiado significativamente, y las nuevas generaciones buscan relaciones en las que ambos miembros asuman la responsabilidad de su bienestar emocional y desarrollo personal. En este contexto, una canción como “Soy un desastre” puede verse como una representación de una época en la que los roles de género estaban mucho más marcados y la expectativa de dependencia emocional masculina era la norma. Sin embargo, la crítica feminista a este tipo de discursos es vital para entender cómo las relaciones pueden evolucionar hacia modelos más equitativos y saludables.