El virus de la influenza causa desde síntomas leves hasta complicaciones graves, esto último es más frecuente en poblaciones vulnerables como niños, adultos mayores o personas con enfermedades crónicas o sistemas inmunitarios debilitados.
¿Qué es la influenza?
Al momento de hablar de influenza, no solamente se está hablando de un virus en sí, es una enfermedad infecciosa de las vías respiratorias generada por los virus de la familia Orthomyxoviridae, los cuales afectan la nariz, garganta y pulmones.
Aunque se emplea el término influenza, gripe y resfriado de manera similar, la realidad es que hay diferencias.
Mientras que el resfriado común es una enfermedad causada principalmente por el rinovirus, así como el coronavirus o adenovirus; normalmente, presenta síntomas leves y graduales de congestión nasal, estornudo, dolor de garganta, tos y, en raras ocasiones, llega a la fiebre.
Por otra parte, el término influenza es el nombre técnico de la enfermedad causada por el virus de la influenza, así que es el empleado de manera oficial y médica para referirse a esta enfermedad, mientras que el término gripe es la manera coloquial de referirse a esta misma enfermedad; puede presentar síntomas más severos y tiene potencial de desarrollar complicaciones graves.
Existen cuatro tipos de virus de la influenza: A, B, C y D. Los virus A y B son las principales causas de epidemias estacionales de esta enfermedad, mientras que el tipo C es poco frecuente y suele causar infecciones leves. El virus tipo D afecta principalmente al ganado y no causa enfermedad en el ser humano.
Dentro de los síntomas más comunes de la influenza se encuentran:
- Dolor de cabeza.
- Dolor articular y muscular.
- Fatiga extrema.
- Tos seca.
- Dolor de garganta.
- Sudoración.
- Escalofríos.
- Fiebre alta, por encima de los 38° C.
La duración de estos síntomas ronda entre la semana y las dos semanas, pero en casos graves evoluciona a diferentes complicaciones, como la neumonía.
El diagnóstico de la influenza se realiza mediante la evaluación de los síntomas clínicos. Durante los meses invernales, que es la época donde esta enfermedad es más común, solamente esto se necesita para que los médicos la diagnostiquen; pero en casos donde se requiera diferenciar la influenza de otras infecciones respiratorias se solicita la prueba de antígenos o la prueba de PCR.
Conoce la forma de contagio de la influenza
Principalmente, la influenza se contagia de persona a persona cuando estamos a un metro de distancia o menos y a través de las pequeñas gotas respiratorias que se esparcen cuando una persona infectada tose, estornuda o habla. Estas gotas son inhaladas posteriormente y de manera directa por otra persona o aterrizan en superficies u objetos que alguien tocará, y con las manos ahora infectadas, se tocará la boca, nariz u ojos, que son las principales vías de acceso de este virus a nuestro organismo, comenta la Dra.Trejo.
En general, el virus de la influenza es altamente contagioso, y aún más durante los primeros días de la enfermedad, que es el momento donde la persona infectada puede desarrollar fiebre y tos, por este motivo es crucial tomar medidas preventivas en la temporada de gripe.
Existen diversas medidas preventivas que podemos realizar todos los días para ayudar a prevenir el contagio como realizar higiene de manos con frecuencia ya sea con agua y jabón o con gel o soluciones alcoholadas, así como evitar el contacto cercano con personas enfermas, cubrirse la boca y nariz al momento de toser o estornudar (técnica de etiqueta), desinfectar superficies y objetos que se tocan con frecuencia y no tocarse la cara con las manos sin lavar.
Pero una de las principales herramientas que se tienen es la vacunación de influenza, que permite prevenir la infección y reducir su propagación. La importancia de la vacunación anual se debe a que cada año los virus de la influenza mutan, así que se requieren vacunas actualizadas para protegernos de estas nuevas variantes.
Es importante aclarar que la vacuna tiene una protección en promedio del 50% reduciendo la posibilidad de enfermarse y, en caso de que haya contagio, disminuye la gravedad de los síntomas.
Por otra parte y, en la medida de lo posible, hay que tratar de evitar lugares con grandes concentraciones de personas durante las temporadas de alta transmisión.
El tratamiento y manejo de la influenza
En caso de contagiarse por influenza, es importante prevenir la propagación del virus de influenza a otras personas.
La buena noticia es que existe tratamiento para la influenza, así como para aliviar los síntomas y prevenir las complicaciones. Por lo que es importante acudir con tu médico o institución de salud de confianza.
Dentro de los cuidados en el hogar que se recomiendan están:
- Reposo: un descanso adecuado es esencial para ayudar a que el cuerpo se recupere.
- Beber líquidos: prevenir la deshidratación es importante, esto se logra al beber agua y otros líquidos.
- Medicamentos: los indicados por el médico como el uso de antivirales para reducir la duración de la enfermedad o prevenir complicaciones graves.
Es muy importante evitar los antibióticos ya que no son un medicamento que ayude a tratar esta enfermedad y, por el contrario, podría generar situaciones contraproducentes para la persona.
A pesar de que normalmente la influenza se resuelve por sí sola, es importante prestar atención a los signos de alerta que indican que hay una complicación en esta enfermedad, indica la Dra. Trejo.
Uno de los principales signos de alarma es la dificultad para respirar o la sensación de que falta el aire, una cosa es que se tape la nariz y esto provoque incomodidad al respirar, pero otra cosa es la sensación de que falta el aire.
La presencia de dolor en el pecho o abdomen es una indicación de que el sistema cardíaco o respiratorio está comprometido.
Un signo preocupante es que haya una coloración azulada en labios o cara, lo que indica deficiencia de oxígeno; también puede resultar en confusión y desorientación.
La fiebre alta que no logra bajar, la presencia de vómitos intensos o persistentes y la tos con flema espesa, en especial si es de color verdoso o con sangre, son signos de que se requiere atención médica inmediata.
Otro factor a tener en cuenta, son todas aquellas personas con enfermedades crónicas preexistentes como asma o insuficiencia cardíaca, así como presentar alguna condición que afecte al sistema inmunitario, es importante estar monitoreado por parte de un especialista, para detectar de manera rápida cualquier signo de deterioro.
Para concluir, la influenza, aunque es una enfermedad común, no se debe subestimar; pero en combinación de la vacunación, un diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado, es posible reducir el impacto que esta enfermedad tenga no solo en cada individuo, también en la población en general, concluye la Dra. Trejo.
En caso de querer vacunarte contra esta enfermedad, acércate al área de Medicina Preventiva del Centro Médico ABC. Por otra parte, si ya cuentas con uno o varios síntomas de esta enfermedad, en el área de Medicina Interna te podremos dar atención oportuna para tus síntomas.