Volver a prácticas olvidadas y básicas puede ser la respuesta para maximizar nuestro ahorro de energía y contribuir a la conservación del medio ambiente, tales como aprovechar la luz natural, consumir contenido en libros o simplemente desplazarnos a nuestros destinos a pie o en transporte público.
Así lo aseguró José Antonio Benjamín Ordoñez Díaz, catedrático de asignatura en la Maestría en Energías Renovables, del Tecnológico de Monterrey, en entrevista para el Heraldo de México, con motivo del Día Internacional del Ahorro de Energía.
“Vivir en armonía con el entorno, optimizando la energía, es un proceso muy bonito, muy estructurado, que te puede permitir mejorar tu calidad de vida en el corto plazo y además generar un gran ahorro”, dijo.
¿Por qué se celebra es el Día Mundial del Ahorro de Energía?
El Día Mundial del Ahorro de Energía es una fecha en la que recordamos la importancia de utilizar nuestros recursos energéticos de manera responsable, la cual fue proclamada por el Foro Energético Mundial (World Energy Forum) en 2012 durante su reunión en Dubai. Como parte de esta celebración se instauró un objetivo para 2030: garantizar un acceso asequible, confiable y modernizado a la energía para todos.
El principal objetivo de esta fecha es sensibilizar a la población mundial sobre la necesidad de reducir el consumo energético, pues al disminuir el consumo de energía, reducimos las emisiones de gases de efecto invernadero que causan el cambio climático. Esto ayuda a preservar nuestros ecosistemas y a garantizar un futuro más sostenible. Asimismo, es importante recordar que los recursos energéticos no son infinitos y al utilizarlos de manera eficiente, aseguramos que estén disponibles para las generaciones futuras.
Por si esto fuera poco, el ahorro de energía se traduce en menores gastos en facturas de electricidad, gas y otros servicios. Esto beneficia tanto a hogares como a empresas.
Los pequeños hábitos hacen la diferencia en el ahorro de energía
Ordoñez Díaz señaló que apostar por hábitos pequeños pueden hacer la diferencia, los cuales pueden ser tan visibles como compartir un automóvil para dirigirnos a un destino, pero también escuchar música en comunidad con las personas con las que vivimos o trabajar en horarios similares para ocupar la misma luz eléctrica.
“Nosotros en la parte individual a veces no nos damos cuenta de que tenemos hábitos que impactan el consumo de energía. Por ejemplo, si abres el refrigerador y das dos o tres vueltas lleva más tiempo sacar las cosas. Pero si usas una charola o un carrito deja de consumir tanta energía del refrigerador”, ejemplificó.
“Cuando tu plancha una camisa, si en lugar de planchar una prenda planchas las camisas que vas a utilizar a la semana en una sola vez, ahorras el precalentamiento de la plancha y economizas energía”, agregó.
Como docente señala que no siempre es necesario utilizar un proyector para sus clases, sino que basta con pizarrones para explicar. Estos procesos, señala que hoy son vistos como innovadores y además permiten eficientar la energía.
Respecto a las nuevas tecnologías, señaló que es importante optimizar su uso con acciones igualmente simples, como no conectar el celular a cargar durante la noche, sino hacerlo durante el día, lo cual permite ahorrar alrededor de seis horas de consumo energético.
Del mismo modo señala que las búsquedas en Internet pueden utilizar hasta mil veces más energía utilizando tecnologías de inteligencia artificial generativa, en lugar de un navegador convencional. Asimismo, agrega que el uso desmedido de estas tecnologías nos despersonaliza como seres humanos.
Las acciones individuales tienen un impacto notable
Cuestionado respecto al impacto de las acciones personales, en un contexto en el que algunas empresas pueden consumir cantidades de energía poco comparables con las de una persona, el experto consideró que ya hay empresas que están comprometiéndose a eficientar recursos, por ejemplo, brindando servicios de transporte para el personal, que además mejoran la convivencia.
Pero además remarcó que la huella personal de consumo de energía de una persona sí tiene un impacto, sobre todo cuando son muchos los que comienzan a tomar estas acciones.
“Pareciera que la huella personal de consumo de energía no va a ser ni una milésima de lo que consume una empresa, pero esa milésima cuenta y puede contar más, porque con la suma de esas milésimas empieza a notarse la calidad de vida de tu entorno”, remarcó.
Por ello, señala la importancia de la idea del “decrecimiento”, que surge como resistencia al “crecimiento económico” que ha provocado estragos profundos.
“Podemos recuperar esa calidad de vida que se tenía y al mismo tiempo le bajamos al consumo de la energía (…) tenemos que tener hábitos adecuados para optimizar su uso y sobre todo para mejorar nuestras relaciones poder tener una vida un poquito más sana”, aseveró.
¿Cómo podemos ahorrar energía?
Existen muchas formas sencillas de ahorrar energía en nuestro día a día. Si cada uno de nosotros implementamos pequeñas acciones, estaríamos contribuyendo a que las generaciones futuras puedan disfrutar de nuestro planeta.
En casa
- Cuando guardes alimentos en el refrigerador, evita que estén calientes ya que si lo están se origina un mayor consumo energético.
- Ahorra gas al cocinar; tapa las ollas, así se cocerán más rápido los alimentos.
- Si aún tienes focos viejos, los de bombilla, cámbialos por lámparas ahorradoras, estas disminuyen hasta un 75% el consumo eléctrico.
- Apaga las luces que no necesites y aprovecha mejor la luz natural, la iluminación representa 20% del consumo de energía en el hogar.
- La tele, la computadora y otros aparatos consumen hasta 40% de energía del hogar; sino los estás utilizándolos, apágalos.
En el transporte
- Prefiere el uso de la bicicleta y el transporte público.
- Elimina los mitos sobre tu auto; no hace falta que calientes el motor, sólo contaminas y desperdicias gasolina.
- Si enciendes el aire acondicionado, cierra las ventanas para que no se desperdicie el clima generado.
- Conduce de manera eficiente.
En el trabajo
- Apagar los equipos informáticos al finalizar la jornada laboral.
- Utilizar papel reciclado.
- Optimizar la iluminación.
¡Juntos podemos hacer la diferencia! Al adoptar hábitos de ahorro energético, contribuimos a construir un futuro más sostenible para todos.