Octubre y noviembre se caracterizan por sus vientos fríos y las lunas más hermosas de todo el año, pero en esta temporada donde el otoño hace los días más cortos también hay una tradición que hace temblar los corazones de las y los mexicanos: el Día de Muertos. Y es que además de ser una costumbre que nos conecta con nuestras raíces prehispánicas, también es el momento ideal para recordar a las personas que han seguido su camino hasta el Mictlán.
Además del pan de muerto y las catrinas, uno de los elementos centrales en esta celebración es ofrenda o altar de muertos, mismo que puede variar de acuerdo a la región, pero que en todas ellas representa un vínculo entre los vivos y los muertos. Por ello, los elementos que la componen tienen un significado profundo que refleja la cosmovisión de la vida y la muerte en la cultura mexicana, una mezcla de creencias prehispánicas y cristianas.
Y es que la ofrenda del Día de Muertos no es solo un altar lleno de objetos decorativos, sino un complejo sistema simbólico que honra la memoria de los seres queridos fallecidos, ofreciendo elementos que les ayudarán en su regreso al mundo de los vivos, a la vez que refuerza los lazos familiares y las creencias compartidas entre los vivos y los muertos. Esta tradición, inscrita por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, refleja la riqueza cultural de México y la fusión de las tradiciones indígenas con las creencias cristianas que se nos fueron impuestas.
¿Qué significan los elementos de la ofrenda tradicional del Día de Muertos?
Sin duda alguna, el Día de Muertos es una de las celebraciones más emblemáticas de la cultura mexicana, en la que se honra a los seres queridos que han fallecido a través de la construcción de ofrendas llenas de simbolismo. Cada elemento en estas ofrendas tiene un significado especial, derivado tanto de las tradiciones prehispánicas como de la influencia cristiana que llegó con la colonización española y aquí te comparto todo lo que debe llevar un altar tradicional y su significado.
- Agua: este elemento representa la pureza del alma y se coloca para mitigar la sed de las y los difuntos tras su largo viaje desde el más allá. También simboliza la vida y es esencial en toda ofrenda
- Velas y veladoras: éstas guían el camino de las almas a la ofrenda y representan la luz que ilumina su retorno al mundo de los vivos. En algunas comunidades, cada vela representa a un difunto en particular.
- Copal e incienso: en la tradición prehispánica, el copal era utilizado para ofrecerlo a las y los dioses, y con la llegada de los españoles, se introdujo el uso del incienso. Este elemento se usa para purificar el ambiente y alejar a los malos espíritus, permitiendo que las almas puedan entrar sin peligro.
- Flores: las flores, especialmente el cempasúchil, son fundamentales en la ofrenda ya que el color amarillo y el aroma de esta flor sirven para guiar a las almas hacia el altar. También se utilizan flores blancas como el alhelí y la nube, que simbolizan la pureza, y se colocan principalmente en las ofrendas dedicadas a los niños.
- Pan de muerto: éste es uno de los alimentos más emblemáticos de la ofrenda, simboliza la fraternidad y el ciclo de la vida y la muerte. El pan se elabora en diversas formas, y en algunos casos, está decorado con figuras que representan huesos.
- Calaveritas de azúcar: las calaveritas son una representación de la muerte siempre presente en la vida de las y los mexicanos. Pueden estar hechas de azúcar, chocolate o amaranto, y a menudo llevan el nombre del difunto.
- Comida y bebidas: se colocan los platillos favoritos de las y los difuntos, como tamales, mole, o cualquier comida especial que disfrutaban en vida. Esto permite que las almas se alimenten con los aromas que evocan su vida terrenal; también se ofrecen bebidas como tequila o mezcal, dependiendo de las preferencias del fallecido.
- Papel picado: este delicado papel, generalmente en colores vibrantes, representa el viento y es uno de los elementos que aporta alegría y movimiento a la ofrenda. Además, simboliza la presencia intangible de las y los difuntos.
- Fotografía del difunto: ésta se coloca para honrar la memoria del ser querido, pero en algunas tradiciones se esconde detrás de un espejo, representando la idea de que el difunto ya no está presente físicamente, pero su esencia perdura.
- Sal: un símbolo de purificación, la sal ayuda a las almas a no corromperse durante su viaje de ida y vuelta al mundo de los vivos.
- Cruz: introducida por la evangelización, la cruz puede estar hecha de ceniza, sal o pétalos de cempasúchil y su presencia refleja la influencia cristiana y se coloca en la parte superior del altar.
- Petate: este objeto tiene varios usos, como cama o mortaja en la vida diaria, pero en el Día de Muertos se utiliza para que las ánimas puedan descansar o como base para colocar los alimentos.
- Arco: decorado con flores y frutas, éste representa la entrada al inframundo y simboliza el tránsito de las almas hacia el altar.
- Izcuintle (Xoloitzcuintle): en algunas ofrendas, especialmente en las dedicadas a niños, se incluye una figura de este perro, que según la tradición, ayuda a las almas a cruzar el río que divide el mundo de los vivos del Mictlán.
- Golletes y cañas: los golletes son panes en forma de anillo que simbolizan los cráneos de los enemigos, mientras que las cañas representan las varas donde se colocaban estos cráneos en la época prehispánica.
¿Cuándo se pone el altar del Día de Muertos?
Las ofrendas del Día de Muertos en México tradicionalmente se colocan los días 1 y 2 de noviembre, coincidiendo con las festividades de Todos los Santos y los Fieles Difuntos, respectivamente. Sin embargo, dependiendo de las tradiciones locales y familiares, algunas personas comienzan a montarlas desde el 31 de octubre o incluso antes.
- 31 de octubre: se dedica a las y los niños difuntos, conocidos como “angelitos”, ya que se cree que sus almas llegan primero a visitar a sus familias. Este día marca el inicio de la celebración en muchas partes de México, especialmente en los hogares con ofrendas para niños.
- 1 de noviembre: es el día en que se honra a Todos los Santos, es decir, a las infancias y personas que murieron sin alcanzar la adultez o la madurez espiritual. Las ofrendas suelen estar adornadas con elementos más ligeros y colores que reflejan la pureza y la inocencia, como flores blancas y platillos más sencillos.
- 2 de noviembre: es el día dedicado a los Fieles Difuntos, es decir, las y los adultos fallecidos, por lo que las ofrendas de este día son más elaboradas, con comidas y bebidas más complejas, como mole, tamales, tequila o mezcal. Se cree que este es el día en que los adultos regresan a disfrutar de los alimentos y objetos que les gustaban en vida.
En los últimos años, algunas familias también han comenzado a incluir a sus mascotas fallecidas en las ofrendas y aunque esto no es una parte de la tradición prehispánica o cristiana, las mascotas se consideran miembros importantes de la familia, y se les dedica un espacio en la ofrenda, especialmente el 27 o 28 de octubre. Este día se reserva para las almas de los animales que han fallecido, colocando juguetes, premios o alimentos que disfrutaban.
De la misma forma, en muchas comunidades, la preparación de las ofrendas comienza varios días antes para que todo esté listo para recibir a las almas de las y los difuntos durante estos días específicos. Esta tradición se mantiene viva tanto en zonas rurales como urbanas, y cada familia adapta la ofrenda según las costumbres locales y las preferencias de los difuntos.
¿Cuál es el significado de la ofrenda?
La ofrenda del Día de Muertos es un elemento central en la celebración del Día de Muertos en México, y su significado va más allá de lo ritual o decorativo; es un acto de amor y recuerdo hacia los seres queridos fallecidos. El propósito principal de la ofrenda es honrar la memoria de los difuntos y ayudarlos en su camino de regreso al mundo de los vivos durante el 1 y 2 de noviembre. Según las creencias populares, las almas de las y los difuntos regresan para convivir con sus familiares, quienes les preparan una ofrenda llena de objetos y alimentos que disfrutan en la vida.
De la misma forma, los cuatro elementos fundamentales de la naturaleza están presentes en la ofrenda ya que el agua simboliza la vida y se ofrece para calmar la sed de las almas tras su largo viaje; la tierra se representa a través de los alimentos, que simbolizan el sustento y el ciclo de vida y muerte; el fuego, presente en las velas, guía a las almas en su regreso; mientras que el aire se manifiesta a través del papel picado, que añade movimiento y alegría a la ofrenda.
Es así como la ofrenda es una celebración de la vida, una oportunidad para compartir nuevamente con los que ya no están físicamente, y una forma de honrar la tradición que ha perdurado a lo largo de los siglos en la cultura mexicana. A través de ella, las familias mexicanas mantienen vivas sus tradiciones y valores, al tiempo que crean un espacio de encuentro y comunión con sus seres queridos fallecidos.