Estados Unidos respondió a los cuestionamientos hechos por Andrés Manuel López Obrador, quien aseguró que Washington es “corresponsable” de la crisis de violencia que azota a Sinaloa y otros Estados de México. “No se puede entender cómo puede ser responsabilidad de Estados Unidos las masacres que vemos en diferentes lugares”, afirmó el embajador, Ken Salazar, en una conferencia de prensa en Chihuahua. El representante diplomático evitó referirse al presidente mexicano y se enfocó, en cambio, en hacer votos para que el trabajo bilateral en materia de seguridad siga durante el Gobierno de Claudia Sheinbaum, que tomará posesión el próximo 1 de octubre. “Lo que se está viendo en Sinaloa no es culpa de Estados Unidos, la realidad es que hay un problema de inseguridad y violencia”, agregó Salazar.
La relación que López Obrador y Salazar habían construido en los últimos tres años se enfrió a últimas fechas, después de que el embajador criticara la polémica reforma judicial impulsada por el presidente. El embajador aseguró que la elección de jueces, magistrados y ministros de la Suprema Corte suponía “un riesgo para la democracia en México” y creaba incertidumbre para los inversores extranjeros. El mandatario mexicano decretó una “pausa diplomática” a finales de agosto, un par de semanas antes de que la enmienda fuera aprobada en el Congreso mexicano, que congeló los contactos entre ambos.
Las críticas hechas por López Obrador en el tema de seguridad han sido el reclamo más duro del Gobierno de México desde la detención de Ismael El Mayo Zambada el pasado 25 de julio, otro punto de fricción en la relación bilateral. Las autoridades mexicanas no fueron consultadas ni tampoco participaron en la inesperada captura, concretada sin que se dispara una bala en un aeropuerto rural de Nuevo México.
El presidente pidió a Estados Unidos que acalarara si hubo una negociación con Los Chapitos para concretar la caída de El Mayo, quien asegura que fue traicionado y entregado por sus antiguos socios. “Se requiere de una explicación, porque si ahora estamos enfrentando en Sinaloa una situación de inestabilidad, de confrontación, pues se debe a que tomaron esa decisión, y nosotros pues no estamos de acuerdo en que se ignore a México porque aquí tenemos el problema”, dijo. La guerra entre El Mayo y Los Chapitos por el control del Cartel de Sinaloa ha dejado al menos 59 asesinatos en las últimas dos semanas, según datos oficiales.
Tras los cuestionamientos de López Obrador, Sheinbaum señaló que ambos países debían dejar de lado los reclamos y concentrarse en trabajar juntos en el combate al crimen organizado. “Como dijo la doctora Sheinbaum, vamos a tener que llevar a cabo una colaboración fuerte y profunda, ese es el reto que tenemos delante de nosotros”, dijo Salazar. “Lo vamos a hacer como socios, [somos] optimistas mirando a futuro”, agregó. El embajador destacó que el veredicto de culpabilidad dictado el viernes contra Rubén Oseguera El Menchito, hijo del líder del Cartel Jalisco Nueva Generación, en Washington es un ejemplo de la fluidez que mantienen ambos países en la lucha contra el narcotráfico.
La relación bilateral ha sufrido turbulencias en 2024, año en que ambos países salen a las urnas para elegir a un nuevo presidente. México eligió a Sheinbaum en junio y Estados Unidos tendrá elecciones el próximo 5 de noviembre y escogerá entre el republicano Donald Trump y la demócrata Kamala Harris. Salazar declaró que su mirada no está puesta en los roces que se han dado en el pasado. “Lo que yo veo es el futuro con la doctora Claudia Sheinbaum”, comentó. “Es un momento histórico para México y lo celebramos”, dijo sobre la llegada de la primera mujer al poder.
En pleno cierre de mandato y días claves para la elección presidencial, Joe Biden delegó su asistencia a la toma de posesión de Sheinbaum a su esposa, Jill Biden, que encabezará a una delegación de funcionarios estadounidenses. La presidenta electa agradeció el anuncio, mientras que Salazar dijo que es una muestra de los “lazos de amistad” entre ambos países. El equipo de transición confirmó la presencia de 16 jefes de Estado y de gobierno en la ceremonia, la mayoría de América Latina y el Caribe.