El sábado 6 de abril de 1940 quedó registrado como el día en que se enfrentaron por primera vez el México y el Carta Blanca (Monterrey), iniciando en ese momento la que ahora es la serie más añeja en la historia de la Liga Mexicana de Beisbol (LMB).
El Estadio Cuauhtémoc de la Sultana del Norte fue el sitio en el que estas novenas comenzaron su rivalidad, una que ha tenido capítulos históricos como un juego de 19 entradas, el juego con más carreras anotadas en total (45) o 5 enfrentamientos por el título de la LMB.
Hoy son conocidos como Diablos Rojos del México y Sultanes de Monterrey, pero en aquel entonces fueron el ‘México’ y el ‘Carta Blanca’ quienes arrancaron este duelo con una victoria de 3-2 en 11 entradas para los regiomontanos.
El Monterrey estaba en su segunda temporada de vida mientras que el México se estrenaba en la liga. Estos equipos comenzaron la Temporada de 1940 en gira y fue hasta la quinta serie del calendario cuando les tocaba verse las caras.
El ‘Carta Blanca’ arrancó ese calendario frente a los Gallos de Santa Rosa y los capitalinos se presentaron contra los Azules en Veracruz (ya que el Parque Delta -casa de ambas novenas- estaba siendo remodelado). En la segunda semana estaba programada la visita de los Rojos a Monterrey, su primer viaje a la Sultana del Norte.
El público regiomontano tenía altas expectativas en este duelo, ya que verían a un equipo de la capital con un roster fuerte e interesante contra su escuadra, que ya había conquistado los corazones de sus fans (solo como dato, el día que el Carta Blanca arrancó sus entrenamientos para esa temporada, tres mil personas asistieron al Estadio Cuauhtémoc para verlos).
Era una serie de tres juegos en dos días (uno el sábado y dos el domingo) en la que se esperaban llenos. El México llegó a Monterrey en tren dos días antes y el sábado 6 de abril estaba listo para presentarse por primera ocasión en Monterrey.
Así fue el primer juego en la historia de Diablos Rojos y Sultanes
Ninguno de los protagonistas de ese juego ni los aficionados se imaginaban que estos equipos seguirían viéndose dentro del terreno al paso de las décadas, pero el beisbol sabía lo que se iba a gestar y lo dejó claro con un emocionante juego que se definió en
“El México dio ayer enorme juego al Carta Blanca de Monterrey con el que perdió en 11 entradas 3 a 2” (cabeza de la crónica del periódico La Afición del domingo 7 de abril de 1940).
La primera vez que se enfrentaron el México y el Monterrey protagonizaron un juego que se fue a extrainnings. Leroy Matlock (México) y Bill Jefferson (Carta Blanca) fueron los pitchers abridores de ese encuentro. El lanzador del México tiró ocho entradas (y enfrentó a tres bateadores en la novena) mientras que el rival caminó toda la ruta. El juego se definió cuando Gaudencio Guerra llegó en la tanda 11 con un out y un compañero en segunda (Carlos Galina) y pegó el sencillo con el que timbrarían la carrera del primer triunfo de los regiomontanos sobre los capitalinos.
Aun así, la presentación de los visitantes dejó una gran huella: “el México enseñó hoy plenamente que ha hecho grandes progresos, lo que es natural. Está todavía en vías de formación, es decir, la novena no se ha asentado aún y, sin embargo, dio una batalla terrible, enorme, al potente Carta Blanca, que se las vio durísimas para triunfar y aun su victoria se considera como un milagro, ya que cuando los regiomontanos fueron a batear en su noveno turno, los capitalinos estaban arriba en la anotación por 2 carreras a 1” (extracto de la crónica del periódico La Afición del domingo 7 de abril de 1940).
Un final de alarido
Así fue, el México estaba a tres outs de no solo lograr la primera victoria contra el Monterrey si no la primera en su historia, pero se le acabó el gas al brazo de Matlock y Alberto Romo Chávez, quien entró al relevo, no pudo evitar que los empataran en la novena tanda.
Con la pizarra 2-1 para los capitalinos, el manager local, José Luis Gómez, decidió mover su line up y mandó a José Naranjo como emergente por Epitacio La Mala Torres, y éste le respondió con un doblete y después avanzaría a tercera con wild pitch de Matlock. Llegó a la caja de bateo el estadunidense Jimmie Direux (ya frente a Romo Chávez) para dar una rola al cuadro para producir la del 2-2.
Después de 10 entradas el juego se mantuvo igual, llegando el desenlace en el inning 11. El manejador del Carta Blanca entonces hizo otro movimiento, mandó a cubrir la inicial a Carlos Galina, quien entró por Naranjo, y cuando Galina se paró a batear, respondió con un doblete al jardín izquierdo.
Monterrey intentó mover a Galina cuando Direux tocó, pero la pelota le salió directo al pitcher, quien tiró a la inicial y evitó que el corredor se moviera. Entonces apareció Gaudencio Guerra para resolver el encuentro. Con un sencillo al jardín derecho con gran colocación, Galina llegó a home sin ningún problema y eso provocó que estallara una fiesta en las tribunas.
El dugout local se vació para comenzar el festejo en el campo, acercándose a Galina y a Guerra, mientras los aficionados no dejaban de aplaudir y de gritar por la forma en que comenzó esta rivalidad.
Las primeras carreras del juego
El juego lo comenzó ganando el Monterrey 1-0 al anotar en el primer rollo con doblete productor de Sammy Bankhead, y el empate de los capitalinos llegó en el tercer inning.
Con dos outs, Theolic Smith pegó doblete para estacionarse en la intermedia y anotó gracias a sencillo de Dukes. El juego llegó empatado a uno a la tanda de las grandes emociones, la séptima, pero ahí la visita se adelantaría un paso cuando Blas Mónaco pegó jonrón solitario por todo el jardín central. Esa ventaja parecía se mantendría por lo que se había visto de Matlock, pero llegó el desenlace donde todo cambió.
Diablos ganó su primer juego de la historia en Monterrey
Después de ese emocionante juego entre el México y el Monterrey, llegó otro momento histórico en la doble cartelera del domingo. Luego de que el choque inicial de ese día fuera para el Carta Blanca por pizarra de 12-3, el segundo se convirtió en la primera victoria en la historia del equipo rojo con un 8-4 (en un choque que se definió en 10 entradas).
La rivalidad se gestó con ese inicio pero juego a juego, temporada a temporada, se fue separando del resto. El factor tiempo y la solidez de ambas escuadras les ha permitido disfrutar en los momentos de bonanza y que las ha mantenido a flote en tiempos de crisis, es lo que les ha llevado a trascender a través de ocho décadas, algo que nadie más puede presumir.