LOS ÁNGELES — El ascenso y descenso en el futbol mexicano sí regresarán, pero hasta la temporada 26-27, es decir, después de concluido el Mundial 2026. No antes.
Y ocurrirá con, sin y a pesar de la oposición de la Liga MX y de la Federación Mexicana de Futbol. El TAS, entonces forzaría a los mandos del futbol mexicano a reinstalar ascenso y descenso, de nuevo, con, sin y a pesar de la misma FIFA.
La pretensión de los clubes de la Liga de Expansión o Liga de Extinción –como le llaman entre ellos–, es que, al no poder demostrar la Liga MX y la FMF la habilidad para contrarrestar los efectos de la Pandemia, seis años después, como ellos mismos lo pidieron, serán forzadas por el TAS a reinstalar ascenso y descenso.
ESPN realizó un sondeo anónimo entre jugadores del futbol mexicano respecto a la cancelación “por seis temporadas” de la dinámica de ascenso y descenso del futbol mexicano. El 80 por ciento de los involucrados apoyó el regreso de ese mecanismo.
El problema es que, puntualmente, los capos de la Multipropiedad en México se oponen al regreso del ascenso y descenso. De hecho, dos de los multipropietarios, Grupo Azteca y Grupo Orlegi, han hecho público su rechazo abierto a reintegrar ese mecanismo.
El 24 de abril de 2020, #LaYuntaDeDueños (dixit Sven-Göran Eriksson), en Asamblea Extraordinaria, determinó que para salvaguardar los intereses económicos y la existencia misma de la Liga MX, quedarían suspendidos “por seis temporadas” el ascenso y descenso, ante el impacto financiero de la Pandemia.
El proyecto implicaba que en ese lapso de seis años, la FMF y la Liga MX encontrarían estrategias que pudieran garantizar la salud financiera de los clubes y del futbol mexicano en general, con un boom económico, el cual, evidentemente no se ha conseguido.
A cuatro años y cuatro meses de aquel dictamen, los equipos no encuentran ese salvavidas económico, lo que ha llevado a que, de manera desesperada, Juan Carlos Rodríguez, comisionado de la FMF, busque un Fondo de Inversión que inyecte mil 300 millones de dólares a través de inversiones extranjeras.
Sin embargo, los primeros intentos de La Bomba por encontrar dinero fresco para los clubes mexicanos han fracasado. Y eso ya le generó una confrontación con Emilio Azcárraga Jean, dueño del América, el pasado 3 de junio, tras una asamblea de propietarios. “No quiero que molestes a mis dueños (de equipos) con tu proyecto”, le exigió Emilio a Juan Carlos Rodríguez.
La Bomba es un experto en negociaciones financieras y en desarrollar proyectos empresariales. Ha sido un rescatista en temas de futbol.
1.- Él resucitó la Copa América Centenario, cuando la Conmebol se levantó de la mesa de negociaciones.
2.- Conformó el proyecto de TUDN que significó un ahorro multimillonario para Televisa merced a cortes drásticos de personal.
3.- Ideó el rescate financiero inmediato de la Liga Mx en pleno agobio de la Pandemia, con tratos a través de las televisoras y la creación de la, en su momento exitosa, e-LigaMX.
Sí, el tipo sabe, pero en un mundo ideal de negocios, no en el mundillo del futbol mexicano.
La Bomba había conseguido ya el aval de Apollo Global Management para esa gigantesca inversión. El problema llegó al informar a los dueños de equipos sobre las exigencias del coloso financiero estadounidense, un poderoso consorcio que reportó ganancias por casi 33 mil millones de dólares en 2023 y que tiene una flotilla de casi 3 mil empleados, “doctorados” en esquemas de inversiones.
Para dar ese segundo paso al financiamiento de la Liga MX, era necesario que Apollo recibiera prácticamente los resultados de una autopsia financiera de los dueños de equipos, de sus empresas alternas, y, por supuesto, de la pulcritud moral de sus agremiados. Ahí fue cuando, en términos coloquiales, “la puerca torció el rabo”.
La mayoría de los clubes mexicanos se han negado a exponer todos sus estados contables, sus condiciones fiscales, e incluso pasar por un escaneo como personas físicas y, sin antecedentes penales. Sí, se colapsó todo. Desde cooperativas en litigios, hasta empresarios con adeudos fiscales en diversos países, además de conflictos laborales, y sin olvidar que las investigaciones serían sobre los egresos e ingresos de cinco años a la fecha.
Y, por supuesto, deberían mostrar las actas constitutivas de cada club, dependiendo del tipo de sociedad civil o mercantil al que pertenezcan, para que aparecieran los nombres de todos los involucrados en cada equipo. Y ahí, la puerca torció aún más el rabo.
Vale la pena recordar que Juan Carlos Rodríguez fue impuesto por Azcárraga Jean al frente de todo un proyecto rescatista del futbol mexicano, tras la hecatombe en el Mundial de Qatar, al quedarse ridículamente estancado en la fase de grupos.
Emilio le concedió todo el poder a La Bomba. Sin embargo, necesario citarlo, pronto se dio cuenta de que la bendición del dueño de Televisa no bastaba. Entendió que a pesar de su fortuna y capacidad, él siempre estará en desventaja ante dueños de equipos con mayor poder político, mediático y económico. Por eso recibió la orden de “no molestes a mis dueños (de equipos)”.
La Bomba sigue trabajando en su proyecto del fondo financiero, pero en Apollo Global Management exigen una transparencia absoluta o un poderoso aval económico o una sólida garantía financiera, que podría ser, imagínese Usted, dejar en prenda, de manera anticipada, la cosecha, las ganancias, del Mundial 2026. Claro, el grupo neoyorquino no pretende aceptar la leche de una vaca aún intangible y que por lo tanto aún ni siquiera engorda sus ubres para ser ordeñada.
Además, sin darse cuenta, Juan Carlos La Bomba Rodríguez fue víctima de su propia inocencia. Había conseguido que los Grupos Orlegi, Azteca, Pachuca y Caliente vendieran a uno de sus equipos. Sin embargo, dentro de su propio proyecto de desarrollo, ofrecía a cada equipo revalorar –en un par de años–, algunas franquicias hasta en un monto de 300 millones de dólares.
Obviamente, los multipropietarios recularon. Las ofertas que tenían por sus clubes (Atlante, Leones Negros, Morelia, Yucatán, etcétera), oscilaban entre los 50 y los 80 millones de dólares. ¿Para qué venderlos si iban a valer muchísimo más cuando se consolidara ese Fondo de Inversión que hoy se ve más lejano que nunca?
La otra ruta para aplacar a los equipos de la Liga de Expansión o Liga de Extinción es aumentar a 20 equipos, un proyecto que ya había manoseado la FMF desde la época de Decio de María, porque, además y principalmente, generaría más contenido e ingresos para las televisoras.
Para ello, la FMF tira varios anzuelos a los interesados. Desde servir como aval para el cumplimiento de los contratos de compra-venta, así como alargar el período de cancelación de ascenso y descenso más allá del 2026, pasando por contratos de televisión más generosos.
Por ello es que a La Bomba le urge encontrar una ruta alterna para el Fondo de Inversión, porque el plazo pactado para que Apollo Global Management dé el segundo paso para la aprobación se vence en septiembre.
Así de simple: si los clubes mexicanos, en su totalidad, no se desnudan totalmente, será necesario encontrar ese respaldo en garantía. Sí, suena absurdo: un fondo de inversión interno para poder rescatar el Fondo de Inversión externo.
Así, en mayo o junio de 2026, antes del Mundial, el TAS deberá pronunciarse nuevamente sobre el tema de ascenso y descenso, y podría imponer el regreso de este mecanismo al futbol mexicano en la misma temporada 2026-27, o, a lo sumo, dar un año más de gracia a la Liga MX y a la FMF.
Por otro lado, de acuerdo con información de Diario Récord, de consolidarse el Fondo de Inversión por mil 300 millones de dólares, Juan Carlos Rodríguez recibiría una comisión del 4%, que según el medio, equivaldría a unos 50 millones de dólares, por su labor de gestor, o como se le conoce entre el vulgo mexicano, por su labor como coyote.
Al final, se consuma o no el Fondo de Inversión, el ascenso y descenso regresarían al futbol mexicano en la temporada 2026-27 o a más tardar en el ciclo 2027-28, y por veredicto del mismo TAS, que en noviembre de 2020 respaldó la medida desesperada de FMF y Liga MX.