Las medallas de oro tampoco llegaron en París. Ana Guevara cumplió sus segundos Juegos Olímpicos al frente de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte, con una gestión en la que se han conseguido nueve medallas, la mayor cantidad desde que la Conade se creó en 1988 y en la que se ha visto a ocho directores en el puesto.
Sin embargo, estos resultados pueden analizarse desde una perspectiva más amplia. Si bien el número de preseas conseguidas en la gestión de Guevara (en el puesto desde diciembre de 2018) es importante, la ex atleta también ha sido objeto de críticas por la falta de campeonatos olímpicos, al punto de que su desempeño está por debajo de algunos de sus antecesores que, aunque se consiguieron menos medallas en sus etapas, sí existieron metales áureos entre las cosechas.
Otras gestiones encima
En lo que al deporte olímpico se refiere, el valor de las medallas no es homogéneo: las preseas de oro son las más valiosas y es el primer parámetro que se utiliza para la clasificación en los medalleros. Para poner de ejemplo está lo que recién sucedió en París: Estados Unidos y China igualaron con 40 oros cada país, pero las 44 preseas de plata de los americanos fueron superiores a las 27 de los asiáticos, por lo que la delegación de las barras y las estrellas encabezó el medallero.
Pero el caso más claro se nota entre Japón y Australia: aunque los nipones tuvieron menos podios totales (45) que los de Oceanía, sus 20 medallas de oro contra 18 de los australianos fueron el criterio que les dio el tercer lugar del medallero.
Bajo estos criterios, hay tres gestiones que podrían considerarse superiores a las de Guevara. La de Carlos Hermosillo podría dividir opiniones, ya que estuvo en el puesto por medio sexenio (2006-2009), pero fue en Pekín 2008 que el taekwondo tuvo su mejor representación con los oros de María del Rosario Espinoza (+67 kg) y Guillermo Pérez Sandoval (-58 kg), además de los bronces de Tatiana Ortiz y Paola Espinosa en los clavados sincronizados en plataforma y en halterofilia por Damaris Aguirre (75 kg), la cual le fue entregada hasta 2017 tras la descalificación de tres de sus rivales por dopaje.
La del 2012, la mejor
En cuanto a éxitos, tanto en cantidad y cantidad, la mejor etapa en términos de resultados olímpicos sigue siendo la de Bernardo de la Garza (2009-2012), director de la Conade que relevó a Hermosillo y responsable de la Comisión durante Londres 2012, edición en la que se consiguieron ocho medallas, la cantidad más alta desde los nueve metales que hubo en los Juegos en nuestro país en 1968.
Aquellos Juegos son recordados por el último oro conseguido por la Selección Mexicana de Futbol, además de los segundos lugares en clavados sincronizados desde la plataforma (Iván García y Germán Sánchez en varonil y Paola Espinosa y Alejandra Orozco en femenil), la plata de Aída Román en tiro con arco, y cuatro bronces: Mariana Avitia (tiro con arco), Laura Sánchez Soto (trampolín), María del Rosario Espinoza (taekwondo) y Luz Acosta (halterofilia), a quien al igual que Aguirre, le entregaron su presea hasta 2018 tras descalificaciones de tres participantes por dopaje.
La otra gestión de Conade con un oro fue la de Ivar Sisniega, actual presidente ejecutivo de la Federación Mexicana de Futbol y quien al igual que Guevara, ocupó la dirección de la Comisión en dos Juegos Olímpicos.
En Atlanta 1996 solo se obtuvo el bronce de Bernardo Segura en la marcha de 20 kilómetros; pero en Sídney 2000 la cosecha fue mejor, con el oro de Soraya Jiménez en halterofilia 58 kg, primera mexicana en ser campeona olímpica. El medallero incluyó las platas de Noé Hernández (marcha 20 km) y Fernando Plats (trampolín), así como los bronces de Joel Sánchez Guerrero (marcha 50 km), Christian Bejarano Benítez (boxeo peso ligero) y Víctor Manuel Estrada (taekwondo +80 kg).
La gestión de Ana Guevara no ha sido mala en resultados, de hecho, las 4-5 medallas ha sido la media del deporte mexicano en la magna justa; sin embargo, ver a un mexicano en lo más alto del podio fue su pendiente.