Alejandro Cota Quiroz causó revuelo en la década de los años noventa cuando cometió un multihomicidio y además se dio a conocer que las víctimas eran su familia, hoy después de más de 30 años de aquel terrible hecho rompió el silencio al ser entrevistado por Saskia Niño de Rivera para su podcast “Penitencia” y reconoció que nunca fue su intención asesinarlos pero algo le hizo perder el control.
Durante muchos años fue conocido como el “asesino de San Valentín”, debido a que el multihomicidio sucedió un 14 de febrero del año 1992, cuando fueron encontrados los cuerpos de cuatro personas en un automóvil abandonado, de acuerdo a las indagatorias de las autoridades se sabría que corresponderían a la familia Cota Quiroz y la única persona que se encontraba con vida otro de los hijos quien se encontraba en la casa ubicada en la alcaldía Coyoacán de la Ciudad de México y su padre quien iba ocasionalmente a la casa.
Asesinó a su mamá, hermanas y hermano en San Valentin, hoy rompe el silencio
Las autoridades dieron con el domicilio ubicado en la colonia Parque San Andrés porque el vehículo donde estaban los cadáveres tenía una tarjeta de circulación, al llegar el joven identificado como Alejandro Cota Quiroz en ese entonces de 18 años negó saber al respecto, pero después reconoció que él había sido el responsable.
Al ser entrevistado por la periodista Saskia Niño de Rivera, Alejandro Cota Quiroz señala que jamás fue su intención asesinar a nadie, que su familia era de clase media y todo transcurría normal hasta que su padre comenzó a ingerir alcohol y a perderse, fue cuando comenzaron las agresiones físicas a su madre y hacia él así como los abusos sexuales de los cuales su madre sabía pero guardaba silencio y además no hacía nada.
Por lo que harto decidió irse de la casa y llegó a La Merced donde una mujer que se dedicaba a la prostitución le dio de comer peor le dijo que para vivir con ella debía estudiar y que compartiría techo con otros dos hombres a los que llamaría tíos que presuntamente se dedicarían al robo.
Posteriormente Alejandro creció y sus “tíos” lo enseñaron a robar una tarde que él se encontraba aburrido, después aprendió a matar y se convirtió en un asesino a sueldo hasta que un día se encontró a su madre quien le pidió que regresará a su hogar. Él aceptó porque su padre ya no vivía en esa casa, compartió tiempo con sus dos hermanas Claudia y Cynthia, así como su hermano Héctor con quien reconoció que tuvo muchas diferencias durante el breve tiempo que compartieron.
Alejandro comentó que para ese entonces él ya había cometido más de 200 asesinatos y que tenía grandes cantidades de dinero y que serían los XV años de su hermana pero que su familia lo seguía rechazando por su estilo de vida y por cómo había sido criado así que le pidieron dinero para la fiesta pero le pidieron no estar presente y que después de la fiesta tuvieron una discusión que no detalló y fue cuando su hermano Héctor le dijo que “ahora entiendo por qué mi papá te co$%&” a lo que el preso dice de forma contundente “no hubiera dicho eso”, reconoció que se desconectó y que eso hizo que se desconectará y cuando volvió a razonar ya había matado a todos.
“Claudia y Cynthia son los daños colaterales, mi intención no era matar a nadie”, manifestó Alejandro.
Fue condenado a 50 años de cárcel, ahora cumple su condena y reconoce que no quiso tener hijos por el estigma de su casa que fue muy controversial y no quería que su descendencia fuera señalada por sus actos, aunque sí se casó. También admitió sentirse incomodo por el amarillismo que ha rodeado su caso en los medios.