Beryl impulsa vientos máximos sostenidos de 260 kilómetros por hora, informó el lunes el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC).
El huracán Beryl se fortaleció hasta alcanzar la noche del lunes la categoría 5 “potencialmente catastrófica”, después de pasar por varias islas en el sureste del Caribe, donde provocó fuertes lluvias y desató vientos devastadores.
Beryl es ahora la tormenta de categoría 5 más temprana registrada en el Atlántico, y un huracán “potencialmente catastrófico” con vientos máximos sostenidos de 260 kilómetros por hora, informó el lunes el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC).
Previamente, la isla Carriacou de Granada recibió el impacto directo “de la extremadamente peligrosa pared del ojo del huracán”. Islas cercanas como San Vicente y las Granadinas también experimentaron “vientos catastróficos y marejadas ciclónicas potencialmente mortales”, según el NHC. “En media hora, Carriacou fue devastada”, dijo el primer ministro de Granada, Dickon Mitchell, en conferencia de prensa.
Según expertos, es extremadamente inusual una tormenta tan potente al inicio de la temporada de huracanes, que va desde principios de junio hasta finales de noviembre en el océano Atlántico.
De acuerdo a la ruta prevista, Beryl continuará su trayectoria la madrugada del martes en el estado mexicano de Quintana Roo (este), donde se encuentran los balnearios de Cancún y la Riviera Maya.
“Estamos pendientes Protección Civil, la secretaría de la Defensa y la Marina (…) observando toda la trayectoria”, dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador, en breves declaraciones a la prensa en Cancún.
Las autoridades mexicanas lanzaron otra alerta por la formación de la tormenta Chris la noche del domingo en el Golfo de México, el tercer sistema en la temporada del Atlántico.
La tormenta tropical Alberto, la primera de la temporada en la región, dejó al menos cinco muertos al pasar por el norte de México hace diez días.
En los últimos años, los fenómenos meteorológicos extremos, incluidos los huracanes, se han vuelto más frecuentes y devastadores como resultado del cambio climático.