La Fiscalía General de Guerrero entregó este viernes a sus familias los cuerpos de dos víctimas después de años de tenerlos en el Semefo sin ser identificados, y pese a que habían sido localizados a escasos días de sus desapariciones.
Cándido Santiago Portillo, de 43 años de edad, originario de la comunidad de Zitlaltepec, en el Municipio de Metlatónoc, en la Región de la Montaña, fue secuestrado por un grupo armado el 15 de octubre de 2017 y, tres días después, su cadáver fue hallado en la cajuela de un vehículo en la comunidad de Acazacatla, en Chilapa, a 200 kilómetros de distancia.
El 3 de mayo de 2019, Miguel Ángel González Abarca fue desaparecido en Chilapa, y su cadáver fue encontrado también tres días después, el 6 de mayo de ese mismo año, sobre el Bulevar Vicente Guerrero, en Chilpancingo.
En el caso de Cándido pasaron casi siete años para que sus familiares recibieran su cadáver, que se encontraba en una de las gavetas del Semefo en calidad de desconocido.
Para que los familiares recuperaran los restos de Miguel Ángel pasaron más de cinco años.
Este viernes 14 de junio, las familias de ambos se presentaron en las instalaciones de la Dirección de Asuntos Periciales de la FGE donde realizaron los trámites para que les entregaran los cadáveres.
José Navarro Díaz, presidente del colectivo “Siempre Vivos” de Chilapa, acusó a las autoridades de la Fiscalía de no realizar las investigaciones correspondientes para la identificación de los cuerpos de Miguel Ángel y Cándido, además de que carecen de equipo.
El activista apuntó que una de las probables dificultades para realizar el procesamiento de identificación forense se debe a la acumulación de víctimas que a diario se acumulaban en el Semefo.
“En años anteriores en el Servicio Médico Forense había mucha acumulación de cadáveres e incluso uno se acercaba a estas instalaciones y los olores eran insoportables”, dijo Navarro, hermano de Hugo y Alejandro Díaz, quienes en 2014 fueron hallados calcinados en Chilapa tras ser secuestrados por presuntos miembros de “Los Ardillos”.
Los restos de Cándido y Miguel Ángel partieron en una carroza a sus respectivos lugares de origen al mediodía, seguidos de una caravana de familiares.
“Por fin después de muchos años vamos a darle sepultura y pues ahora le tendremos que llevar flores al panteón”, dijo una de las familiares de Miguel Ángel González.
Las familias también recibieron el acompañamiento de integrantes de los colectivos “Lupita Rodríguez” y “María Herrera”.
En Chilapa, donde fue desaparecido Miguel Ángel, existe una pugna desde 2012 entre los grupos criminales de “Los Ardillos” y “Los Rojos”, que, de acuerdo con Navarro Díaz, ha cobrado la vida de al menos mil 500 personas.
“En este momento no hay quien frene la violencia e incluso con las nuevas autoridades municipales que ganaron la elección (el pasado 2 de junio) las cosas se van a poner peor”, aseguró el activista que lleva de Chilapa por amenazas de muerte de “Los Ardillos”.
Al igual que Chilapa, otros municipios como Zitlala y Ahuacuotzingo también son acosados por la presencia de este grupo criminal.