La seguridad de los sustitutos del azúcar vuelve a ponerse en entredicho.
Investigadores dirigidos por The Cleveland Clinic han relacionado el xilitol, un sustituto del azúcar bajo en calorías, con un mayor riesgo de infarto de miocardio, ictus o muertes relacionadas con enfermedades cardiovasculares, según un estudio publicado este jueves en la revista European Heart Journal.
El xilitol es una azúcar de alcohol que se encuentra en pequeñas cantidades en frutas y verduras, y el cuerpo humano también lo produce. Como aditivo, tiene el aspecto y el sabor del azúcar, pero un 40% menos de calorías. Se utiliza en concentraciones muy superiores a las que se encuentran en la naturaleza, en chicles sin azúcar, caramelos, dentífricos y productos de panadería. También puede hallarse en productos etiquetados como “cetoamigables”, sobre todo en Europa.
El mismo equipo de investigación descubrió el año pasado una asociación similar con el popular sustituto del azúcar eritritol. El uso de sustitutos de azúcar ha aumentado significativamente en la última década a medida que crece la preocupación por el aumento de las tasas de obesidad.
El Dr. Stanely Hazen, autor principal del estudio y catedrático de ciencias cardiovasculares y metabólicas del Instituto de Investigación Lerner de la Clínica Cleveland, afirmó que “estamos introduciendo estos productos en nuestra pirámide alimentaria, y precisamente las personas con más probabilidades de consumirlos son las que corren más riesgo” de sufrir un infarto de miocardio o un ictus, como los diabéticos.
Muchos infartos de miocardio y accidentes cerebrovasculares se producen en personas que no presentan factores de riesgo conocidos, como diabetes, hipertensión o niveles elevados de colesterol. El equipo de investigadores empezó a estudiar los alcoholes del azúcar que se encuentran de forma natural en el cuerpo humano para ver si estos compuestos podían predecir el riesgo cardiovascular en estas personas.
Los investigadores midieron en el estudio el nivel de xilitol natural en la sangre de más de 3,000 participantes tras una noche en ayunas. Descubrieron que las personas cuyos niveles de xilitol las situaban en el 25% superior del grupo de estudio tenían aproximadamente el doble de riesgo de sufrir un infarto de miocardio, un ictus o la muerte en los tres años siguientes que las personas situadas en el cuarto inferior.
Los investigadores también querían comprender el mecanismo de acción, por lo que alimentaron con xilitol a ratones, lo añadieron a la sangre y el plasma en un laboratorio y dieron una bebida que contenía xilitol a 10 voluntarios sanos. En todos estos casos, el xilitol parecía activar las plaquetas, que son el componente sanguíneo que controla la coagulación, explicó Hazen. Los coágulos sanguíneos son la principal causa de infarto de miocardio y accidente cerebrovascular.
“Basta con que el xilitol interactúe con las plaquetas por sí solo durante un brevísimo periodo de tiempo, cuestión de minutos, para que la plaqueta se sobrecargue y sea mucho más propensa a coagularse”, explicó Hazen.
La siguiente pregunta es qué hace que el xilitol natural sea elevado en algunas personas y cómo se puede reducir, señaló la Dra. Sadiya Khan, cardióloga del Instituto Cardiovascular Bluhm de Northwestern Medicine y profesora de epidemiología cardiovascular de la Facultad de Medicina Feinberg de Northwestern, que no participó en el nuevo estudio.
Queda mucho por investigar, según Hazen. Mientras tanto, recomienda a los pacientes que eviten el consumo de xilitol y otros alcoholes del azúcar, cuya grafía termina en “itol”. En su lugar, recomienda utilizar cantidades moderadas de azúcar, miel o fruta para endulzar los alimentos, y añade que la pasta de dientes y un chicle probablemente no supongan un problema porque se ingiere muy poco xilitol.
El informe tenía importantes limitaciones.
En primer lugar, el estudio del xilitol presente de forma natural en la sangre de las personas fue observacional y sólo puede mostrar una asociación entre el azúcar alcohol y el riesgo cardiaco. No demuestra que el xilitol causara la mayor incidencia de infarto de miocardio, ictus o muerte.
No obstante, dada la totalidad de las pruebas presentadas, “probablemente sea razonable limitar la ingesta de edulcorantes artificiales”, añadió Khan. “Quizá la respuesta no sea sustituir el azúcar por edulcorantes artificiales, sino pensar en más componentes dietéticos de alta calidad, como verduras y frutas, como azúcares naturales”.
Los edulcorantes artificiales no deberían ser difíciles de evitar, agregó Joanne Slavin, PhD, RDN, profesora de ciencia de los alimentos y nutrición en la Universidad de Minnesota-Twin Cities. Aparecen en la lista de ingredientes de los productos envasados.
“¿Yo diría que nunca consumieran xilitol?”, preguntó Slavin, que no tenía ninguna relación con el estudio. Para algunas personas que luchan por reducir el azúcar en su dieta, los sustitutos son una herramienta, y todo se reduce a la elección personal, explicó.
Aunque Slavin consideró el estudio interesante y motivo de cierta preocupación, señaló que los alcoholes de azúcar son caros y suelen utilizarse en cantidades muy pequeñas en chicles y caramelos sin azúcar.
Otra limitación del estudio es que los participantes cuyos niveles de xilitol en sangre se midieron corrían un alto riesgo de padecer enfermedades cardiacas o las tenían documentadas, por lo que los resultados podrían no ser aplicables a individuos sanos.
Aun así, muchas personas del público en general comparten las características de los participantes en el estudio, contó Hazen.
“En los estadounidenses de mediana edad o mayores, es frecuente tener obesidad y diabetes o colesterol alto e hipertensión”, mencionó.