México se encuentra experimentando una de las olas de calor más intensas que ha tenido, según los pronósticos, las que siguen podrían ser aún peores para algunas partes del país.
Hasta ahora, las altas temperaturas ya han tenido diversas consecuencias, que van desde apagones hasta la muerte de 61 personas. Y es que, el clima extremo tiene diversas consecuencias en el cuerpo, que, según un estudio reciente, comienza sufrir malestares cuando el calor oscila entre los 40 y 50 grados Celsius.
Si bien un golpe de calor puede llegar a ser de las consecuencias más mortales, existe una serie de padecimientos que se presentan durante los periodos más cálidos de la temporada, algunos de los más comunes —y puede que de los más molestos— son las enfermedades gastrointestinales.
El calor y el estómago
Se ha comprobado que, cuando las temperaturas suben, también lo hacen los casos de enfermedades estomacales. El hecho de que los cuadros gastrointestinales sean más frecuentes durante los días calurosos se debe a que el calor facilita la aparición de bacterias, virus, parásitos en alimentos y el agua, como explica la Secretaría de Salud (SSa).
Por ejemplo, microorganismos como la salmonella, E.Coli y las amebas son microorganismos que proliferan en temperaturas por arriba de los 30 grados. A ello se suma lo que señalan diversos estudios: los cambios de temperatura en el cuerpo central son un factor importante que puede afectar la función del microbioma intestinal.
Y es que, de acuerdo con una investigación publicada en 2019, la composición del microbioma —tanto de humanos como de otros animales— es sensible a factores ambientales entre ellos factores estresantes como los cambios de temperatura.
Lo que crece con el calor
Algunas enfermedades que se adquieren a través de los alimentos tienen un patrón estacional. Las salmonelosis, por ejemplo, tiene mayor incidencia durante el verano, mientras que las infecciones por bacterias como la Campylobacter tienden a tener picos más altos durante la primavera, como señala una investigación.
En el caso de México, se calcula que el 70 por ciento de las enfermedades estomacales las originan virus, el 15 por ciento bacterias, mientras que los parásitos causan el resto, según lo señalado por los Institutos Nacionales de Salud y Hospitales de Alta Especialidad de la SSa.
“Los cuadros de gastroenteritis son más frecuentes en épocas de altas temperaturas ambientales en virtud de que facilitan la aparición de bacterias, virus y parásitos”, destaca la institución.
A la par, un estudio publicado en 2018 destaca que se debe tomar en cuenta tanto las características de los agentes que originan las enfermedades (entre ellas, la forma en que se propagan y transmiten) así como condiciones de humedad e incluso la manera en que las personas deciden alimentarse según la temporada.
De acuerdo con el doctor y académico de la Faculta de Estudio Superiores Iztacala, Juan Pablo García, quien dio una entrevista para Gaceta UNAM, los alimentos son uno de los principales focos de infección durante los días calurosos, ya que la contaminación catera se acelera con el proceso de descomposición.
Los síntomas más frecuentes cuando hay un microorganismo infeccioso son:
Fiebre
Dolor abdominal
Diarrea
Vómito
En este caso reiteró que existen agentes muy agresivos y resistentes, por lo que, si no se tratan adecuadamente las consecuencias pueden ser graves, por ejemplo, pueden extenderse a otros tejidos del cuerpo, ocasionando fallas en otros sistemas, como el renal. En este caso, lo que hay una serie de sencillas recomendaciones para evitar riesgos.
Cuidado con lo que consumes
Aunque son recomendaciones que se deberían seguir durante todo el año, con las temporadas de calor se debe prestar mayor atención a lo que se ingiere. En este caso, la SSa, recomienda evitar los puestos ambulantes de comida.
Al cocinar en casa también se debe prestar atención a a la hora de cocinar los alimentos, mismos que deben quedar perfectamente cocidos. A la par, hay que lavar y desinfectar todas las frutas y verduras.
Un punto importante en esta época es la refrigeración de los alimentos, de acuerdo con la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) las carnes, aves, mariscos, productos u otros alimentos que requieran refrigeración nunca deben permanecer a temperatura ambiente por más de dos horas. Además, el refrigerador debe mantenerse a una temperatura de 4 grados celsius o menos, mientras que las del congelador deben encontrarse en -18 grados celsius.
En el caso del agua, de preferencia hay que hervirla o clorarla. Además, se recomienda beber al menos dos litros al día y evitar el alcohol o la cafeína que pueden agravar la diarrea y acelerar una posible deshidratación, especialmente si hay una enfermedad estomacal.
Para prevenir
Lavar las manos con frecuencia es una de las mejores medidas de prevención para evitar enfermedades. Mayo Clinic recomienda hacerlo antes y después de preparar la comida, manipular carne cruda, ir al baño, toser y estornudar.
Para que el lavado de manos sea efectivo se debe hacer espuma con jabón por al menos 20 segundos. Otra medida sencilla pero fundamental es tapar adecuadamente los botes de basura.
Cuidado con la deshidratación
Las infecciones estomacales con diarrea pueden desencadenar otros malestares, una de sus principales complicaciones es la deshidratación que puede verse agravada por las altas temperaturas, especialmente en el caso de niños, adultos mayores y pacientes con sistemas inmunológicos debilitados.
Las señales para saber si una persona está deshidratada son:
Sed excesiva
Sequedad en la boca y piel
Necesidad de orinar más seguido de lo usual
Mareo
Cansancio
Orina color oscuro
Cansancio
¿Un futuro con más diarrea?
En 2019 un grupo de investigadores alemanes realizó una investigación sobre las posibles consecuencias que podría tener el cambio climático en el cuerpo humano. Para ello realizaron un modelo estadístico en el que estimaron la carga global de enfermedades infecciosas.
De acuerdo con los resultados, para 2023 “podría haber un aumento del 10% en las enfermedades diarreicas, principalmente en niños pequeños, y la población en riesgo de contraer malaria podría aumentar entre un 3% y un 5%”.
Y es que, por un lado, las altas temperaturas tienen un impacto en el mar, en donde podría incrementar el crecimiento de algunas bacterias, como señalan diversos artículos. Además, las instituciones relacionadas con el cambio climático también facilitan la contaminación del agua, así como brotes de infecciones entéricas, como destacan dos doctoras del Royal Infirmary of Edinburgh en la revista Gut.