Ya no se podrá culpar a ‘El Niño’ de todos los males climáticos que lleguen a afectar México y otras partes del mundo como hasta hace unos meses: parece que este factor dentro del tablero climático tiene sus días contados.
Hasta hace poco (y junto con el efecto invernadero) este fenómeno ayudó a elevar las temperaturas del planeta, de ahí que entre 2023 y 2024 se presentaran cifras récord de calor. Sin embargo, el panorama podría cambiar ante su debilitamiento.
De acuerdo con datos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), el análisis del Servicio Meteorológico Nacional y estimaciones de la Organización Meteorológica Mundial (WMO), todo apunta a que actualmente nos encontramos con condiciones de un ‘Niño débil’, por lo que sus efectos podrían concluir en los próximos días, abriendo paso a una etapa neutral (entre abril y agosto de este año).
“Los pronósticos más recientes de IRI indican una transición hacia el El Niño, Oscilación del Sur (ENSO por sus siglas en inglés) neutral durante la primavera 2024, con La Niña potencialmente desarrollándose durante el verano 2024”, explica el Centro de Predicciones Climáticas de Estados Unidos.
Según el reporte de la semana pasada (lanzado el 11 de abril) hay una probabilidad del 85 por ciento de que la etapa neutra llegué en esta primavera, así como del 60 por ciento para la aparición de ‘La Niña’. Pero ¿qué consecuencias tienen estos factores en el clima?
Qué efectos pueden traer ‘El Niño’ y ‘La Niña’
Mientras que ‘El Niño’ se caracteriza por elevar las temperaturas en regiones del océano Pacífico, ‘La Niña’ representa lo opuesto: temperaturas oceánicas más frías de lo habitual. Aunque son distintos entre sí, ambos forman parte de un patrón que se presenta en el mundo cada cierto tiempo y que es conocido como ‘El Niño-Oscilación del Sur’ o ENOS.
En esta ocasión, la presencia del fenómeno comenzó en junio de 2023, a finales de ese mismo año el mundo experimentó el momento más intenso de ‘El Niño’ y ahora, tras casi un año comienza a ubicarse en su punto más débil. Sin embargo, a lo largo de ese periodo fue partícipe de diferentes condiciones climáticas entre las que destacó el Huracán ‘Otis’ en México, ya que se cree que su presencia, sumada al cambio climático, fueron los factores clave de su rápida formación.
Y es que, en América Lantina, ‘El Niño’ trae diversos efectos como sequía, temperaturas extremas, lluvias torrenciales e inundaciones, como explica la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU.
Por esta razón su presencia es vigilada por organismos internacionales. Un ejemplo de sus alcances es lo que ocurrió entre 2015 y 2016, cuando Centroamérica se enfrentó a una de las sequías más graves de su historia a consecuencia de este factor, según destaca el Análisis del Grupo Regional sobre Riesgos, Emergencias y Desastres para América Latina y el Caribe (REDLAC).
En México se le suele relacionar con sequías en el norte (entre enero y abril) y lluvias en el suroeste (durante junio y octubre).
“Se sabe que las condiciones de El Niño en el Pacífico tropical cambian los patrones de lluvia en muchas partes diferentes del mundo”, destaca el Instituto Internacional de Investigación para el Clima y la Sociedad.
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) destaca que los efectos de ENOS dependen de varios factores como su intensidad, la época del año en que se producen y su interacción con otras variables climáticas, además, sus consecuencias llegan a ser diferentes incluso dentro de un solo territorio.
¿Qué pasa cuando llega ‘La Niña’?
Actualmente hay un 60% de probabilidades de que el fenómeno ‘La Niña’ se forme durante el verano, sin embargo, aún no se puede dar nada por hecho.
Lo que es seguro es que, en caso de que se forme la superficie del océano Pacífico oriental y central se enfriará, lo que a su vez provoca diferentes efectos.
En una entrevista para MILENIO, el meteorólogo Abimael Salas, explicó que así como ‘El Niño’, ‘La Niña’ afecta de diferente manera dependiendo de la época del año en la que se forme. En caso de que se presente durante el verano y parte del otoño puede ocasionar condiciones extremas para algunas regiones, como es el caso de México.
“Primero sequías por una buena cantidad de meses y después, en cuestión de semanas o meses puede caer toda esa lluvia que no cayó, más otro tanto. ‘La Niña’ es muy extremosa: así como tenemos sequías, también tenemos inundaciones”, detalló el especialista.
Al respecto destacó que todo dependerá de cómo incidan los ciclones tropicales que se formen en el océano Atlántico.
Un ejemplo de ello es lo que ocurrió en 2010, año en el que el mundo experimentó un cambio súbito entre ‘El Niño’ y ‘La Niña’. Ese año fue uno de los más lluviosos para México, al año siguiente, el país experimentó una de las peores sequías estacionales de las que hay registro, como explicó el meteorólogo.
“Con La Niña hay que ser muy prudentes en cuanto a los pronósticos”, destaca.
Cabe destacar que cuando hay ‘Niña’, también se ha detectado una mayor actividad de formación de ciclones en el océano Atlántico (a diferencia de lo que ocurrió con ‘El Niño’ en el océano Pacífico).
Esto debido a que ‘La Niña’ provoca que los vientos fuertes en lo alto disminuyan, lo que brinda un requisito básico para la formación de huracanes.
“La expectativa de que tengamos huracanes intensos, algunos incluso históricos, aumente considerablemente para el verano y el otoño en toda la cuenca del Atlántico Norte y en Caribe y el Golfo de México”, añadió.
Esto no significa que este tipo de huracanes vayan a azotar el país, pues esto depende de condiciones particulares que solo se pueden conocer semanas o días antes, como destaca el experto.
Respecto a las temperaturas, de acuerdo con Abimael Salas, con ‘El Niño’ aumenta la expectativa de que a nivel mundial haga más calor de lo habitual, esto debido a que miles de kilómetros en el océano Pacífico con temperaturas entre uno y cuatro grados arriba de lo normal provocan que se transfiera una mayor cantidad de calor a la atmósfera, lo que se ve reflejado en mayores temperaturas.
Aunque en teoría con ‘La niña’ ocurre lo contrario —es decir, se presentan temperaturas por debajo de lo normal en el océano—, su impacto es mucho más regional. Además, “pese a que algunos lleguen a pensar que esto revierte el calentamiento global, no es el caso”, advierte el meteorólogo.