Consciente de la desafortunada realidad que enfrentan millones de personas con algún tipo de discapacidad, en la que conseguir un trabajo digno es una tarea compleja, John Cronin, un joven con síndrome de Down, decidió cambiar su situación y construir él mismo su propia fuente de empleo. Junto a su padre, creó una tienda de calcetines que no tardó en ser un éxito total.
La inspiradora historia de John’s Crazy Socks es un claro ejemplo de cómo la conjunción de creatividad, pasión, dedicación y persistencia puede llevar a un negocio a lugares inimaginables.
¿Quién es John Cronin?
El 11 de febrero de 1996 nació en Nueva York, John Cronin. Su vida comenzó con severas complicaciones de salud que lo llevaron al quirófano a los tres días de nacido para ser sometido a una cirugía intestinal, y antes de que cumpliera tres meses, nuevamente ingresó a la sala de operaciones para una intervención a corazón abierto.
“El pequeño, quien además tenía síndrome de Down, demostró desde tempranas etapas que nada lo detendría para cumplir sus sueños”.
Fue así que su formación académica no se limitó a las clases tradicionales y, en su lugar, se dedicó a aprender todo tipo de habilidades que, sin saberlo, más tarde le serían de gran utilidad, tales como moda, fotografía, venta al por menor y más.
Si algo ha caracterizado a Cronin a lo largo de su vida es su creatividad, misma que desde niño plasma en sus calcetines. No hay nada que lo apasione más que complementar sus atuendos con un par de medias de colores y diseños divertidos. Y es precisamente su amor por esta prenda lo que se convertiría en la forma de ganarse la vida.
El nacimiento de John’s Crazy Socks
El exitoso emprendedor asegura que tener síndrome de Down nunca fue una limitante para él; sin embargo, a sus 16 años, mientras aún estaba en la escuela, fue consciente de cómo en el campo laboral aún existía (y sigue existiendo) una subrepresentación de personas con discapacidad, lo que eventualmente le causaría problemas.
Además de aquella situación, Cronin tenía muy claro que no quería ir a la universidad, así que decidió que la salida a esta disyuntiva sería emprender al lado de Mark Cronin, su padre.
Si de algo estaba seguro el adolescente es que quería que su negocio fuera divertido y creativo, así que Mark y Cronin comenzaron a pensar en cuál podría ser el giro de la empresa.
“Una de las alternativas que pusieron sobre la mesa fue un Food Truck; sin embargo, había un pequeño inconveniente: no sabían cocinar”.
Ambos seguían pensando qué hacer hasta que se dieron cuenta de que el amor tan grande de John por los calcetines exóticos podría ser una interesante oportunidad de negocio. Con el concepto definido fundaron John’s Crazy Socks, tienda especializada en calcetines de diseño único y personalizado.
La atención más personalizada posible
A finales de ese mismo año, en diciembre de 2016, abrieron oficialmente la tienda en línea que montaron para comercializar sus productos y fue ahí cuando la magia comenzó. En su primer día recibieron 42 órdenes, principalmente del área donde residían.
John decidió ser él mismo quien entregara esos primeros pedidos, y además, le puso un detalle especial cada paquete: agregó una nota de agradecimiento, misma que acompañó de un chocolate Hershey’s. De hecho, esa nota se replicó y se sigue enviando en todos los paquetes junto al ya tradicional dulce.
Los compradores se llevaron una grata sorpresa cuando el mismísimo fundador les entregó su pedido directo a las puertas de sus casas. Este hecho no pasó desapercibido y muchos de ellos compartieron la experiencia en redes sociales.
“Como resultado, dos semanas más tarde ya tenían más de 400 órdenes de compra, y cerraron el mes con una ganancia de 13,000 dólares”.
El crecimiento no paró y en 2017 cerraron una ronda de financiación por un monto que no se reveló, pero que sin duda contribuyó al desarrollo del negocio. En la actualidad, el portal Growjo estima que los ingresos anuales de John’s Crazy Socks rondan los 2.5 millones de dólares.
Su compañía sigue esparciendo felicidad a través de divertidos calcetines. Los compradores pueden elegir de entre un amplio catálogo de cerca de 4,000 opciones para todos los gustos, colores, temporalidades y hasta causas.
Una empresa comprometida con la sociedad
La empresa siempre ha mostrado un fuerte compromiso con la sociedad, de ahí que cuenten con las selecciones especiales para concientizar sobre ciertas causas como la lucha contra el cáncer de mama, síndrome de Down, lenguaje de señas, autismo, rescate animal, antibullying y más.
Por otro lado, donan el 5% de sus ganancias a Special Olympics, la más grande organización deportiva internacional dedicada a organizar eventos para personas con discapacidad. John participó activamente practicando varias disciplinas como baloncesto, futbol, boliche y más.
“Pero esa no es la única organización que apoyan, también hacen donaciones para la Sociedad nacional de síndrome de Down, a la Asociación para niños con síndrome de Down, así como a otras causas como la concientización del autismo o a la investigación del cáncer de mama”.
John decidió que su empresa apoyaría a más personas con algún tipo de discapacidad para que no tuvieran que enfrentarse a las dificultades de encontrar un trabajo, por lo que se convirtió en una importante fuente de empleo. Cerca de la mitad de su personal está compuesto por personas con alguna condición.
La historia y el éxito de John han capturado la atención de medios nacionales e internacionales. Su popularidad siguió en ascenso, pero, sobre todo, su ejemplo y carisma cautivaron a miles de personas, al grado que ya es un orador consumado que ha sido invitado a hablar en eventos de la Casa Blanca o de la Organización de las Naciones Unidas.
“John Cronin sigue siendo una fuente de inspiración para muchos, demostrando que, con pasión y perseverancia, se pueden alcanzar grandes cosas”.
El exitoso hombre de negocios continúa trabajando cada día no solo para vender calcetines, sino para promover un mensaje de inclusión y optimismo.