Más de 25,000 departamentos de la Zona Diamante que formaban parte de la oferta extrahotelera se encuentran devastados y en una situación incierta sobre su restauración.
“Difícilmente un banco va a otorgar un crédito a un condominio que no garantice que se repararán las áreas comunes”, Julián Urióstegui, presidente de Concaingro.
La recuperación de cuartos de hotel en Acapulco alcanzó 40% respecto al total que se tenía antes del huracán Otis; al cierre de marzo el puerto tenía una oferta de 8,300 habitaciones, de las 20,500 que operaban, informó la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco-Servytur) en conferencia de prensa.
La mayor disponibilidad de estas habitaciones corresponde a hoteles de dos y tres estrellas, principalmente ubicados en las zonas Tradicional y Dorada. “Todavía no están operando hoteles de lujo como el Twins, Avalón y Hotsson”, señaló Alejandro Martínez Sidney, presidente de Canaco-Servytur Acapulco.
En la Zona Diamante de Acapulco la reconstrucción avanza de forma más lenta, sobre todo en las casas de segunda residencia, entre condominios y departamentos, que antes del huracán tenían una disponibilidad de 30,000 estancias.
Más de 25,000 departamentos de la Zona Diamante que pertenecen a privados se encuentran devastados y en una situación incierta sobre su restauración, debido a la complejidad para gestionar los pagos de aseguradoras y garantizar la reparación integral de las áreas comunes, explicó a El Economista, Julián Urióstegui Carbajal, presidente del Consejo de Cámaras Industriales y Empresariales de Guerrero (Concaingro).
“Sólo 30% de los inmuebles de la Zona Diamante tienen un seguro total”, declaró Urióstegui, el resto de los particulares –ya sea a través de aseguradoras o no– tienen que garantizar dos tipos de recursos: uno para la reparación de daños a las áreas de uso general del condominio, y el otro para el departamento en sí; dependerá de cada dueño el tipo de seguro que tenga contratado.
Los condominios están haciendo asambleas para, por medios privados, reunir el dinero para solventar la reparación de albercas, jardines, elevadores, etcétera, “difícilmente un banco va a otorgar un crédito a un condominio que no garantice que se repararán las áreas comunes y que tendrá para pagar el préstamo”, puntualizó el presidente de Concaingro.
En contraste, los restaurantes y bares de Acapulco han tenido un mayor impulso en el restablecimiento de actividades. Esta temporada vacacional de Semana Santa el sector registró la mayor concentración de derrama económica, de acuerdo con Martínez Sidney, quien previamente informó que 1,800 establecimientos estarían dando servicios.
Alejandro Domínguez, presidente de la Asociación de Hoteles y Empresas Turísticas de Acapulco, informó que discotecas icónicas y restaurantes tradicionales ya están operando de nuevo, muchos incluso al pie de la playa, estimando 60% de recuperación de este sector.
Aún con este optimismo, los tres líderes empresariales coinciden en que aún queda mucho por hacer para devolver a Acapulco su esencia, principalmente en la Zona Diamante, donde tampoco ha habido una reactivación de los negocios y prevalece la carencia de infraestructura urbana.
Tras el impacto del huracán Otis en los últimos días de octubre del año pasado, la industria de cruceros en el destino turístico de Acapulco muestra signos de recuperación.
Ayer 2 de abril, el crucero Diana, perteneciente a la compañía británica Swan Hellenic, arribó al puerto, convirtiéndose en el cuarto buque registrado en lo que va del año.
La llegada de cruceros a Acapulco había sido pausada tras los daños causados por Otis en octubre pasado, afectando los ingresos de prestadores de servicios turísticos.
Es importante señalar, según datos de la Coordinación General de Puertos y Marina Mercante, que durante el 2023 arribaron al destino de Acapulco 13 cruceros, mientras en el 2022 fueron 10 arribos.
En un esfuerzo por revitalizar esta importante fuente empleos, las autoridades trabajaron para que diferentes líneas de cruceros reanuden sus visitas.
El arribo del crucero Diana estuvo acompañado de la retirada de la alerta de viaje hacia el destino turístico de Acapulco por parte de Carnival Corporation, un paso crucial para el retorno de embarcaciones de otras líneas como Princess, Holland y P&O.
Desde el inicio del año, otros tres cruceros han arribado a Acapulco, el “Norwegian Bliss” el 17 de enero con 5,440 personas a bordo y el mismo buque el 5 de febrero con 4,946 personas, demostrando la continuidad y el interés por mantener a Acapulco dentro de sus rutas.
Además, el “Vasco de Gama-Nicko” llegó el 13 de marzo, sumando un total de 1,283 personas entre pasajeros y tripulación, conectando al puerto con destinos como Manzanillo, Puerto Vallarta, y Puerto Quetzal, Guatemala.