Según la UNICEF, el 63% de las niñas y niños de México han sido víctimas de violencia. Aunque el maltrato puede presentarse en los espacios públicos, éste proviene principalmente de los hogares, donde los tratos violentos en la crianza están altamente normalizados.
El abuso puede escalar desde situaciones cotidianas, como los gritos, las humillaciones y los castigos físicos, hasta desafortunados eventos como la negligencia y el abandono. La falta de un hogar estable impide el desarrollo pleno de al menos 5 millones de niñas y niños, quienes difícilmente pueden acceder a la educación, a un empleo y a mejores condiciones de vida.
Los riesgos de la calle para los niños
Las familias que van a tocar a la puerta de Florecer Casa-Hogar muchas veces son conscientes de estas dificultades, y reconocen que necesitan ayuda para proveer a sus miembros más jóvenes de todo lo que necesitan en esta etapa crucial. Tal es el caso de la señora Patricia, que con sus 8 hijos dejó Querétaro y se instaló en la Ciudad de México. Cuando su situación económica empeoró, la señora Patricia se dedicó a vender dulces en la calle, situación que exponía la seguridad de sus hijos.
A través de un maestro, supo de la existencia de Florecer.
Vivir sin hogar
Las calles no son un entorno fácil. Quien vive sin hogar está a merced de la intemperie, la escasez y la delincuencia, y aunque no existe un dato exacto del número de niños en situación de calle en nuestro país, se estima que la cifra asciende a decenas de miles tan sólo en la Ciudad de México. De acuerdo con la Escuela Nacional de Trabajo Social, 4 de cada 10 infantes sin hogar están en riesgo de caer en adicciones.
Gilberto, de 19 años, y sus tres hermanos, conocieron estos peligros a la mala cuando abandonaron Florecer. Tiempo después, volvieron a acercarse a la fundación, gracias a cuyo apoyo pudo terminar de estudiar el bachillerato.
El abandono
La señora Yolana acercó a sus tres nietos a Florecer tras identificar situaciones de violencia en su familia. Su caso no es único, pues se calcula que 1 millón de niñas y niños viven en condiciones de abandono en nuestro país. En Florecer Casa Hogar tuvieron acceso a una educación integral, que les ha permitido un mejor conocimiento y manejo de sus emociones. Hoy llevan una relación cordial con sus padres, misma que habría sido imposible en sus antiguas circunstancias de vida.
El camino es largo. Si bien existen asociaciones que trabajan por mejorar el futuro de miles de infantes desde diferentes frentes, aún queda mucho por hacer.