La violencia económica en contra de las mujeres es la que genera que se desarrollen los demás tipos de agresiones, ya que la forma de control que impone depender monetariamente de la pareja lo propicia, indicó Elvia González del Pliego Dorantes, coordinadora del Programa de Género en la Universidad Iberoamericana en entrevista para El Heraldo de México.
De acuerdo con el último análisis del INEGI, los resultados de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) señalaron que el 70.1 por ciento de las mujeres mayores de 15 años de edad han experimentado algún tipo de violencia, de las cuales, el 27.4 por ciento ha sido víctima de la violencia económica, patrimonial y/o discriminación.
La dependencia económica como forma de control
Para Elvia González es clave que las mujeres tengan la posibilidad para gestionar y administrar sus propios recursos aunado a mantener una autoestima sana y contar con redes de apoyo; sin embargo, también aseguró que la violencia contra las mujeres es un tema que debe ser atendido desde la manera como la sociedad se ha encargado de educar de manera androcéntrica (negar e invisibilizar el trabajo de las mujeres).
La especialista en estudios de Género y Feminismo indicó que la violencia económica se presenta desde el momento en que la familia o la pareja pide cuentas a las trabajadoras para indicar en qué gastan su dinero.
“Son limitaciones que se hacen para controlar ingresos, percepciones económicas, es por parte de la familia o de la pareja… Aunque también existe en el ámbito laboral, es violencia económica tener menor salario por el mismo trabajo que hace un hombre”, señaló.
Del Pliego Dorantes enfatizó que la violencia económica se presenta en las mujeres trabajadoras cuando la pareja “exige saber cuánto gastas para controlar el sueldo, ‘dame lo que ganas’, saber en qué se va a gastar”, situación que sucede cuando vives en pareja, dijo, pero agregó que esa violencia también escala a una madre soltera “cuando estás sola a cargo de la manutención de hijos e hijas”.
Hay varios factores que propician que se desarrolle la violencia económica, desde la falta de estudios académicos hasta la edad avanzada para que las mujeres consigan un empleo. “Sin hacer generalidades, sí creo que hay varios factores, por ejemplo, la falta de formación para el emprendimiento, que hayan cursado sólo el nivel básico, no les permite estar en un trabajo”, señaló la especialista.
Agregó que la falta de tiempo para lograr conseguir un mayor grado de estudios, ya que la responsabilidad de cuidar a los hijos (en caso de tenerlos) o personas que dependan de ella, es una de las limitantes para tener la libertad financiera. “Además de falta de tiempo, responsabilidades para cuidar hijos y familiares… como encargada de la responsabilidad del hogar de pronto voltean y tienen mucho tiempo más de 45 años, no es fácil”, dijo al tema atribuido a un tema de roles de género:
“Como una agresión, una falta de respeto a su hombría tener fuera de su hogar a las mujeres para mantenerlas en control a una vida dedicada al hogar al 100 por ciento”: Elvia González.
¿Qué sector de las mujeres sufren mayor violencia económica?
La violencia económica no es exclusiva para mujeres que no trabajan, ya que la generación millennial y centennial también son susceptibles a este tipo de violencia, acotó la coordinadora del Programa de Género, ya que la falta de prestaciones en los empleos de freelance al que acceden las mujeres de dichas generaciones y la falta de certeza para tener una jubilación, son factores que al mediano plazo pueden afectar a las trabajadoras.
La experta en violencia de género aseguró que las mujeres que son mayormente susceptibles a ser violentadas económicamente son aquellas de entre 30 a 59 años de edad, dado que son las que ya han vivido en pareja donde les rinden cuentas, o bien dependen económicamente del cónyuge, aunado a que a esa edad se vuelven más complicado hallar un empleo.
En ese sentido, Elvia González del Pliego recordó que existen programas sociales que ayudan al emprendimiento de las mujeres tales como el Programa Bienestar para madres solteras, así como la Beca Pilares Bienestar (para seguir con los estudios), o bien Mujeres con Bienestar que otorga el gobierno del Estado de México.
Elvia González aclaró que el afecto no está condicionado con el dinero, situación que es común en los casos de violencia económica. “El afecto no está condicionado con el dinero. No creo que vaya por ahí, hay una relación entre el dinero y el control. El control abarca diferentes espectros de violencia como la física, psicológica, sexual…”, aseveró.
Para frenar que sigan los casos de violencia económica que es la condicionante para que se presenten otros tipos de violencia, la especialista de la Ibero considera que se debe hacer un análisis más profundo y que se lleven a cabo un proyecto que cubra diferentes aspectos desde psicológicos hasta legales donde haya un acompañamiento en las denuncias realizadas por las víctimas.