Ciudad de México. El mexicano Sergio Pérez constató que se ha convertido en la clase de pi-loto que cualquier escudería de la Fórmula 1 quisiera tener. La peri-cia que ha ganado en 13 años de trayectoria quedó evidenciada con el podio número 36 que logró ayer en el arranque de la temporada 2024, con un segundo lugar que también alcanzó el año pasado en el Gran Premio de Baréin.
Para Red Bull, la actuación del mexicano y la victoria del neerlandés Max Verstappen fueron la confirmación de que serán el equipo a vencer por cuarto año consecutivo.
Si Red Bull hizo el 1-2, los Ferrari de Carlos Sainz (3°) y Charles Leclerc (4°), los secundaron en una clara muestra de que el Cavallino Rampante será su mayor rival.
En el primer fin de semana de competencia había dudas en torno a Checo Pérez. Sin embargo, despejó cualquier tipo de incertidumbre con la tenacidad que le ha caracterizado desde que llegó a la escudería austriaca.
Ese ha sido su mejor sello para mantenerse en el mejor equipo del mundo, ese en el que Verstappen brilla y arrasa con todo lo que tiene a su paso; como ayer volvió a suceder con la victoria 55 que confirma al neerlandés como el máximo candidato para conseguir su cuarto título.
Fue un buen comienzo para Checo, quien tuvo un fin de semana en constante evolución desde las prácticas libres hasta consolidar su desempeño con el segundo puesto.
Pérez realizó una carrera sin contratiempos. Largó en la quinta posición, y conforme transcurrieron las primeras 15 vueltas, rebasó en tres ocasiones hasta ponerse a un paso de Verstappen, quien demostró que se encuentra en un nivel muy superior al resto de la parrilla.
Mad Max inició desde la primera posición y realmente nunca fue desafiado, con 22 segundos por delante de Checo.
El tricampeón mundial dio in-dicios de que podría repetir su récord casi perfecto de 2023, cuando ganó 19 de las 22 carreras con las que logró el campeonato.
Checo una vez más deberá lidiar con Verstappen que, pese a la ventaja que le sacó, fue un buen comienzo para el tapatío, quien mostró su valía dentro de una escudería que ha puesto en duda su continuidad en muchas ocasiones.
La actuación de Red Bull es un tanque de oxígeno para su director, Christian Horner, en medio de la polémica desde principios de febrero por acusaciones de comportamiento inapropiado
hacia una empleada y desestimadas por la misma organización.
El británico de 50 años, casado con la Spice Girl, Geri Halliwell, presente en el circuito de Sakhir, ha negado los hechos. Por su parte, Mohammed Ben Suayem, presidente de la Federación Internacional de Automovilismo, indicó que la controversia que rodea a Horner daña al deporte, pero que no realizará su propia investigación a menos que reciba una queja.