CIUDAD DE MÉXICO.- “El libro ‘Quince colores para López Sáenz’ se escribió como parte de un homenaje para alguien a quien no le gustaban los homenajes. Un artista, un ser humano que no permitía ningún interés personal o económico, por encima del arte”, dijo el escritor Élmer Mendoza durante la presentación que se realizó en el marco de la 45° edición de la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería con sede en la Ciudad de México.
En el evento también estuvieron presentes Roberto Blancarte Pimentel, científico y ensayista mexicano especializado en religión; y María Aurora Armienta Hernández, distinguida investigadora sinaloense galardonada con el premio Gabino Barreda; ambos amigos del escultor, quienes compartieron con las y los asistentes, parte de sus anécdotas, análisis de su obra y la importancia de ésta dentro el entorno social y cultural de Sinaloa.
“López Sáenz, principalmente en sus pinturas, reflejaba exactamente cómo son los sinaloenses. Es un pintor que logra tocar los corazones de las personas que ven sus obras y ahí es donde uno ve lo que es un gran artista”, dijo Roberto Blancarte.
“El arte es algo que nos permite trascender, los únicos lugares o el único lugar donde siento que se puede trascender, es únicamente con el arte”, agregó Blancarte e hizo un llamado a los asistentes para conocer e interiorizarse con la obra de López Sáenz y por supuesto viajar a Mazatlán y buscar las referencias que hace el artista de su entorno.
“El arte (de López Sáenz) y su sensibilidad seguirán dejando huella donde quiera que se encuentren, pero, sobre todo, permanecerán grabados en nuestros corazones, su obra es un testimonio vivo de la belleza, la pasión y su compromiso con el arte y la humanidad”, expresó Aurora Armienta.
Los participantes en el homenaje, todos ellos miembros de El Colegio de Sinaloa, recordaron que López Sáenz no sólo fue un artista plástico de obra notable, sino que también fue un maestro, promotor cultural y miembro de diferentes movimientos e instituciones, como El Colegio de Sinaloa en donde coincidieron en algún momento y dentro del cual destacaron su notable participación.
El libro reúne quince ensayos o, en palabras de Aurora Armienta, “quince reflexiones que buscan rendir un homenaje a una parte breve de su obra plástica, pues era tal la riqueza de sus aportaciones a la cultura, que nos estamos quedando con poco tiempo”.
La primera edición de este libro fue publicada por El Colegio de Sinaloa y en ella escriben María Aurora Armienta Hernández, Roberto Blancarte Pimentel, Sylvia Paz Díaz Camacho y Rubén Félix Gastélum.
También hay textos de José Gaxiola López, Antonio Haas, Jaime Labastida, Jaime Martuscelli Quintana y Élmer Mendoza.
Otros de los autores, que participan en esta importante obra son Federico Páez Osuna, Octavio Paredes López, Enrique Patrón de Rueda, José Ángel Pescador Osuna, Diego Valadés y José Enrique Villa Rivera, todos ellos, distinguidos integrantes de El Colegio de Sinaloa.