El pendiente histórico con el sureste se destraba. Como nunca antes, su economía crece más que el norte o el Bajío. El gobierno, el Banco de México y economistas lo atribuyen a la inversión en las obras insignia de este sexenio, como el Tren Maya, la refinería de Dos Bocas y el Corredor Interoceánico del istmo de Tehuantepec, pero surge la duda sobre cuánto durará y qué tan sostenible será este auge.
A menos de 10 kilómetros del Aeropuerto Internacional de Cancún se encuentra la nueva estación Cancún del Tren Maya. Al momento de nuestra visita, alrededor se erigen grúas y equipo de construcción que afinan detalles para el acceso a este nuevo punto turístico. Es de noche, personal de la Guardia Nacional, de intendencia, de vigilancia y taxistas esperan el último convoy.
“Sí está llegando la gente, esperamos que sigan llegando más para conservar este empleo, tiene menos de un mes que firmé contrato. Está bien, nos van a dar aguinaldo, vacaciones, el seguro, tenemos el transporte, trabajamos nuestras ocho horas diarias. Ahorita vamos como 30, pero dicen que seremos 90, nada más de intendencia. Estoy contenta porque me contrataron, aunque tenga más de 50”, cuenta Juliana F., quien forma parte del personal de intendencia del Tren Maya.
La contratación fue a través de una empresa especializada en estos servicios. Con el sueldo de 2,200 pesos a la semana, Juliana contribuye al gasto del hogar, integrado por ella y su esposo, quien es bartender. “Ya sólo somos nosotros, a mis dos hijos también les gustó el oficio de su papá y se dedicaron a ello, ya ellos tienen su vida”, cuenta Juliana, quien pocas veces en su vida había tenido un empleo formal, “con prestaciones y todo”.
Cancún es una ciudad joven, con no más de 50 años. Tiene clara su vocación turística, es el segundo destino a nivel mundial con mayor captación de turismo internacional, sólo después de Dubai, de acuerdo con ForwardKeys, Inteligencia Turística.
La estación del Tren Maya está conectada con carreteras hacia Tulum y Playa del Carmen, hacia Yucatán, está cerca de la zona hotelera, “eso ayudará a que lleguen más visitantes”, comenta Homero Flores, asesor inmobiliario en este destino turístico.
“Por la vocación turística de Cancún, el Tren Maya es una inversión pública importante, la mano de obra está calificada, por lo que no habría problema para atender las necesidades que surjan de esta inversión. Como todo proyecto, debe madurar, hay temas en el sentido de la rentabilidad, del sobrecosto y la parte ambiental, pero si ya está, lo mejor es sacarle provecho”, dice Sergio Lara, presidente del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF).
¿Por qué está creciendo más el sur que el norte?
Según el último ‘Reporte sobre las economías regionales’, de Banxico, en el tercer trimestre de 2023 la actividad económica de la región sur creció 4.7% anual, un índice por encima de 3.2% en el norte, 2.9% en el centro, 3.3% en el centro-norte e, incluso, por arriba del índice nacional, que cerró en 3.3%.
En este desempeño positivo han contribuido actividades terciarias, como el comercio y el turismo. “En todas las regiones se observó un aumento del gasto en construcción, especialmente, en el sur”. Asimismo, “fuentes entrevistadas de la industria siderúrgica refieren que su demanda continuó siendo impulsada por el avance en la construcción del Tren Maya e inversiones portuarias”, refiere el informe.
Además, se registraron pedidos extraordinarios para proyectos en la región, como la infraestructura hidráulica del nuevo aeropuerto de Tulum, la ampliación de la infraestructura para la petroquímica, en el sur de Veracruz, y la rehabilitación de las refinerías.
“Sobre las obras del sexenio, lo referente al Tren Maya es una inversión pública importante con un objetivo bien claro, que es el turismo. En otros proyectos es ver a más largo plazo, pues buscan detonar, diversificar las actividades como la logística, el transporte, la manufactura y el comercio, en el caso del tren interoceánico que busca competir con el canal de Panamá”, explica Kristobal Meléndez, especialista en finanzas públicas estatales.
No obstante, para que no caiga la actividad económica cuando las grandes obras terminen, es necesario encontrar qué se puede producir que sea valioso para las cadenas de suministro; además de complementar las grandes obras con proyectos de los gobiernos estatales y suministrar gas y agua para atraer la inversión privada.
“Cuando generas infraestructura y llevas, por ejemplo, gas natural, abres oportunidades para que la misma gente encuentre qué requiere esa comunidad; cuando tienes energía puedes producir, y eso te ayuda a generar mayor actividad económica, por eso ese tipo de inversiones son de las más recomendables para cualquier país. Si haces una carretera, facilitas la movilidad y el comercio, bajas costos, permites más oportunidades”, explica el economista Mario Correa.
Actualmente, entre las limitantes para producir metales básicos para la construcción en el sur, directivos de esta industria señalan los bajos niveles de inversión privada, principalmente, residencial; y pública, por parte de los gobiernos estatales.
También mencionan como elemento negativo el estancamiento en la construcción de infraestructura privada para la producción industrial y de servicios, especialmente, para el desarrollo de parques industriales. Esto, derivado de la falta de suministro de gas natural, electricidad de alta tensión y transporte ferroviario en varias zonas de la región. En la fabricación de productos químicos, las fuentes reportaron como factor limitante los insuficientes niveles de suministro de gas etano, refiere Banxico.
¿Qué se necesita para mantener el crecimiento económico del sur?
De acuerdo con Sergio Lara, un pendiente como país es incorporar la parte productiva y de crecimiento a todo el sureste y que sea jalado por el norte. “Es un reto porque además de la necesidad de los gasoductos, hay que trabajar en calificar la mano de obra y combatir la desigualdad, si es que queremos un país con viabilidad a largo plazo”.
Para ello, el presidente del IMEF considera que es imprescindible fortalecer cuatro elementos: el Estado de derecho, servicios de salud, más inversión en infraestructura y educación. “Cuando no existe el Estado de derecho pleno, a quienes peor les va es a las personas de menos recursos; por igual, el no contar con servicios públicos de salud los pone en vulnerabilidad”, comenta.
Correa agrega que la debilidad del Estado de derecho también afecta la consolidación y la creación de nuevos negocios y empleos. Y el tema de la educación, “es el principal mecanismo para aumentar la productividad de la economía de las personas, el principal factor de movilidad social para que puedan salir de la pobreza o acceder a mejores niveles de ingreso y bienestar, lamentablemente, es en lo que menos estamos invirtiendo”, explica.
Áreas de oportunidad
Luego de la reconfiguración mundial de las cadenas de suministro, a causa del covid-19, además de los conflictos comerciales entre China y Estados Unidos, México resuena como una opción para invertir e instalar centros de producción y también brindar servicios, especialmente a EU (nearshoring). El norte del país cuenta con la experiencia y el desarrollo a través del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC, antes TLCAN); de esta experiencia, los estados del sur pueden aprender y mejorar su oferta para atraer inversiones.
“Conforme vayan incrementando el nivel educativo y la capacitación en el sur, habrá nuevos modelos en los que pueda desarrollarse. La zona sur puede ir mejorando y diversificando sus actividades económicas, pero eso es a mediano y largo plazos, no es algo que se verá para mañana”, refiere Kristobal Meléndez.
Añade que los estados deben complementar con inversión en infraestructura los proyectos federales, lo que puede concretarse, pues el crecimiento económico juega y tiene peso en la fórmula para la repartición de recursos federales, como las participaciones y aportaciones, lo que beneficiaría su espacio fiscal para dar más recursos a obra pública.
Además, independientemente de quién gane la presidencia del país este año, tendrá que garantizar la continuación de estos proyectos. “Si ya están las oportunidades, es difícil que se reviertan, debemos aprovechar, es un propósito que se tiene ya desde hace muchos años”, comenta Meléndez.
Los directivos consultados por Banxico resaltan como factor de impulso la continuación de las obras del Tren Maya, el Corredor Interoceánico del istmo de Tehuantepec, el aeropuerto de Tulum, el puente Nichupté, el gasoducto marino de Tuxpan a Coatzacoalcos y la refinería Olmeca.
También destacan que los estímulos fiscales en la región del istmo impulsarían la inversión privada, en particular, en Coatzacoalcos, Veracruz, y Salina Cruz, Oaxaca. Además, prevén una mejoría en las condiciones de acceso al crédito, ante la expectativa de que disminuyan las tasas de interés, lo que puede favorecer a empresas demandantes de crédito en la construcción, el sector agropecuario y el comercio. En este último sector, los directivos señalan el impacto positivo que se derivaría de los gastos vinculados con el proceso electoral de este año.
Pasan ya las nueve de la noche y el Tren Maya llega a la estación Cancún. Personal del tren y un séquito de taxistas esperan la salida de los pasajeros. “La última semana de las vacaciones inicia, hay que aprovechar, esperamos que lleguen muchos más, no sólo esta temporada, todo el año”, comenta José Canté, taxista, quien ya lleva pasaje a la zona hotelera para cerrar su jornada laboral.