En la investigación del caso de la desaparición de los 43 normalistas de Ayoztinapa hubo detenciones de militares aun cuando no se tenían “pruebas suficientes” en contra de ellos, reconoció el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Este episodio lo cuenta en su más reciente libro ¡Gracias! -editado por Planeta- y que saldrá a la venta la próxima semana.
En el capítulo final de su última obra en activo en la vida política del país, el Jefe del Ejecutivo aseguró que la indagatoria se complicó porque el pasado gobierno en lugar de llegar al fondo de los hechos y castigar a los responsables inventó la llamada “verdad histórica” y responsabilizó a la delincuencia organizada y funcionarios menores.
“Conviene agregar pensando que no íbamos a proceder para no tocar a los militares, se buscó reventar la instrucción incluyendo a más militares que finalmente también fueron detenidos aun cuando en esa ocasión no estaban señalados en el reporte de Alejandro Encinas y no se tenían pruebas suficientes contra ellos”.
Hasta el momento hay 12 militares procesados; y el general Rafael Hernández Nieto en libertad condicional, por su probable participación en la desaparición de los estudiantes el 26 de septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero.
Aseguró que hubo una “rebelión” al interior de la Fiscalía General de la República (FGR) y la Fiscalía Especializada para el caso Ayotzinapa, pues todo apunta a que “la red de complicidades para encubrir la verdad de los hechos y proteger a los responsables estaba incrustada hasta el centro de mando de dichas instituciones”.
Acusó que, con la liberación de más de 60 personas vinculadas con los hechos de Iguala, el Poder Judicial arropó a quienes habían participado en la desaparición de los jóvenes.
“Sin embargo, esa decisión a rajatabla, supuestamente histórica y en defensa de los derechos humanos de los torturados y de los probables responsables, ignoró y olvidó a las víctimas, a sus padres y madres que los buscan y siguen pidiendo justicia. En otras palabras, el Tribunal del Poder Judicial con la excusa de proteger los derechos humanos y los de todos los supuestos torturados, optó por conceder la libertad y con ello generar impunidad incluyendo a quienes si fueron culpables de la desaparición de los jóvenes de Ayotzinapa”.