Jugar en el circuito profesional es el sueño de cualquier jugador de golf. El PGA Tour es la meta en el caso de los hombres, mientras que, en el caso de las mujeres, el LPGA Tour es el objetivo. En medio de ese camino se encuentra la golfista transgénero Hailey Davidson. A sus 30 años, se impuso en el NXXT Women’s Classic en Florida. Dicho triunfo la catapultó al Epson Tour, es decir, la segunda división del golf en Estados Unidos. Una gira que consta de 22 torneos que se disputan en 13 estados del país norteamericano. El objetivo de la competición es ser un puente a la LPGA (Ladies Professional Golf Association), ya que, de las 150 participantes que se inscriben, las 10 mejores obtienen su pase a la máxima categoría para el próximo año.
Davidson, que también lidera las clasificaciones de estadísticas del Tour Femenino NXXT en total de eagles y birdies, nació en Escocia con el nombre de James Scott.
En 1997, su familia se mudó a Estados Unidos, donde vivió una infancia llena de episodios de superación, ya que tuvo que someterse a numerosos tratamientos para solucionar un problema con los pies planos. De forma paralela, y con solo 10 años, se dio cuenta de que había algo diferente en ella, y se topó cara a cara con la realidad y la posibilidad de una «transición médica» cuando cumplió 18. Inició su terapia hormonal en el 2015. Seis años después, en el mes de enero del 2021, se sometió a un procedimiento de seis horas para reasignar su género. La cirugía fue uno de los requisitos que puso la Política de Género de la LPGA para que pudiese competir en el circuito femenino. La competición eliminó en el 2015 de sus estatutos el requisito de «ser mujer al nacer», gracias a Mianne Bagger, una golfista de Dinamarca que hizo historia en el Abierto de Australia al ser la primera deportista transgénero en competir en un torneo profesional en marzo del 2004.
Hailey Davidson jugó al golf en un equipo masculino de su universidad antes de pasar a competir con mujeres. Sin embargo, la noticia de su última victoria en Florida ha provocado las críticas de muchos analistas y jugadores, que consideran que puede golpear la pelota con más potencia y alcanzar mayores distancias que una jugadora nacida mujer; de hecho, en el golf los tees de salida de las mujeres suelen estar entre 10 y 50 metros más cerca del green que los de los hombres.
Davidson reconoció al medio especializado Golf Week que el debate trans es una fuente de angustia para ella. «Supongo que es lo que más me frustra. Si juego mal, la gente se sentirá justificada para decir ‘no es lo suficientemente buena’; pero si lo hago bien, no será porque puse toda mi vida en esto, será porque soy trans».
En agosto del 2022, la madre y exentrenadora del campeón de Wimbledon Andy Murray, Judy Murray, afirmó que la posición de Davidson era completamente injusta con respecto a otras mujeres biológicas. «No es justo en absoluto. Protegan el deporte femenino. Escuchen los hechos, los científicos y los médicos. Esto está mal», publicó en su cuenta de la red social X (antes Twitter).
Davidson respondió a las críticas por su participación en deportes femeninos calificándolas de «transfóbicas». Además, aseguró que, después de su transición, golpea la pelota con menos potencia. «No se trata de proteger los deportes femeninos o de que yo tenga una ventaja, es solo que no te gustan las personas trans. Es muy triste que todo se reduzca a eso. En los últimos meses, eso es lo que he aprendido», afirmó Davidson al podcast Like It Is.
La polémica sobre Hailey Davidson se produce en medio de una guerra cultural en Estados Unidos sobre las regulaciones que permiten a los atletas transgénero competir en deportes femeninos. Ya en el 2022 estuvo en el centro del debate la nadadora Lia Thomas. Su presencia puso patas arriba a la natación norteamericana por su condición de transgénero. La nadadora, de 22 años, compitió hasta el 2019 en categoría masculina, como Will Thomas, antes de iniciar su proceso de cambio de sexo. Compitiendo con hombres, ocupaba el puesto 462 en su categoría del ránking universitario. Cuando lo hizo con mujeres, se convirtió en el número uno.
La polémica llevó a la FINA a tomar cartas en el asunto. La federación internacional de natación decidió prohibir que las mujeres trans compitan en categoría femenina, si no comenzaron su transición antes de la pubertad, algo imposible de hacer en muchos países, como Estados Unidos. De hecho, dieciocho estados han negado la participación de personas transgénero en competiciones femeninas. Un ejemplo notable es Ohio, que aprobó un proyecto de ley que exige que los estudiantes acusados de ser transgénero presenten una nota médica que detalle su anatomía sexual, sus niveles de testosterona y su composición genética.