Desde 1953 los mexicanos, muchos latinoamericanos e incluso gente de países en donde no se habla español, bailan desde noviembre hasta enero una alegre canción que casi se ha convertido en himno del cierre de ciclo: Año viejo, interpretada por el oriundo de Guadalajara, Tony Camargo.
¿Recuerdan ustedes qué dice esta canción?, si no es así, les ponemos la estrofa más memorable: “Ay, yo no olvido al año viejo, porque me ha dejado cosas muy buenas… me dejó una chiva, una burra negra, una yegua blanca y una buena suegra”.
Año Viejo, una canción nacida de Colombia y México
Y esta canción que ha amenizado un incalculable número de fiestas que empiezan el 31 de diciembre y terminan hasta bien entrado el 1 de enero, se podría decir, que tiene el ADN de dos nacionalidades: México y Colombia. Su historia la explicamos a continuación:
En 1952, Tony Camargo Carrasco, hijo de Manuel Camargo y Guadalupe Carrasco, ambos artistas dedicados a dar shows musicales y artísticos de pueblo en pueblo por todo México, llegó a Caracas, Venezuela, como parte de una gira, fue ahí en donde la presentaron unos papeles con apuntes de un bosquejo de canción, se trataba de Año viejo.
El encuentro de Tony Camargo con Crescencio Salcedo
Sabía que el autor era un compositor colombiano sin mucho reconocimiento llamado Crescencio Salcedo. En esa época Tony ya había grabado sus propias melodías como El hombre aparecido y La llorona loca, canciones que gustaron mucho pero que no alcanzarían a darle la inmortalidad artística.
Pero con Año viejo su destino cambiaría, grabó el tema con la disquera RCA en 1953, desde el primer año fue un éxito en México, tal vez porque la melodía se despedía de una forma alegre del año que terminaba, algo que por lo regular es tomado con nostalgia. En concretó la canción dio un revés al estado de ánimo habitual y lo convirtió en jolgorio y agradecimiento.
Año viejo llega a toda Latinoamérica
En una entrevista Tony Camargo comentó que fue en 1954 cuando la canción llegó a varios países de América Latina, incluido Colombia, en donde uno de los primeros sorprendidos por escuchar aquella letra, con sus respectivos arreglos, fue el mismo Crescencio Salcedo, el autor.
El año viejo se convirtió en himno, hasta la fecha, quizá no haya latinoamericano que no la haya escuchado alguna vez, incluso en meses tan lejanos al fin de año como marzo, abril o mayo, comenzaría Camargo mucho tiempo después. Además aseguraba que gente de países como Australia o Alemania lo llegaron a reconocer por su hit.
La muerte de Tony Camargo
Con los años Tony se mudó a Mérida, ciudad que lo acogió como uno de los suyos, nunca dejó de agradecer a Crescencio Salcedo por la canción, nunca quiso quedarse con todo el crédito, mencionaba al colombiano cada que podía, hasta su muerte en 2020.