Los trabajos no remunerados también se miden en cifras. Funciones como las labores del hogar o el cuidado de personas dependientes aportan un 24% del Producto Interior Bruto (PIB) de México, más que los sectores económicos punteros del país como la industria manufacturera (22%) y el comercio (20%), según un estudio publicado este jueves por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Ese peso recae casi siempre en las mujeres, que aportan tres veces más valor económico que los hombres por su empleo sin salario.
La razón es que las personas que se ocupan de esas tareas hacen que otras personas de la familia puedan salir al mercado laboral o estudiar lo que quieren. Esta mirada positiva respecto al valor del trabajo no remunerado también tiene su cara negativa: las mujeres son las que casi siempre dejan de lado su cuidado personal y ponen en jaque su independencia económica para dedicar su tiempo al hogar y la familia.
En las casas mexicanas, el cuidado de personas dependientes o de niños aporta un total de 1,8 billones de pesos a la economía mexicana. Es el valor más alto de las labores del trabajo no remunerado, seguido por las tareas de limpieza y mantenimiento del hogar, que contribuyen con 1,7 billones de pesos. Solo con estas cifras juntas cuadriplican la aportación del sector primario -agricultura, ganadería o pesca, entre otros ámbitos- al PIB.
Los roles de género siguen jugando un papel muy importante en las actividades por las que no se cobra. Las mujeres contribuyeron 2,6 veces más a la economía en labores de limpieza, mientras que los hombres aportaron más en labores de reparación o plomería en las casas.
La educación también contribuye a generar igualdad. Si el hombre tiene un mayor nivel de estudios, aporta 10.000 pesos más al año con su trabajo no remunerado que aquel que no haya completado la primaria.
La pobreza es otro factor relevante en esta medición. El Inegi afirma que en los hogares con menos ingresos es donde los trabajos no remunerados aportan más a la riqueza del país. Además, en los tres estados con mayores carencias económicas de México es donde la contribución al PIB aumenta. En Chiapas, 6 de cada 10 pesos del PIB los generan los empleos sin pago, mientras que en Guerrero la cifra es del 50% y en Oaxaca del 48%. Las regiones mexicanas en las que la ocupación sin salario contribuye menos son Campeche (10%) y Ciudad de México (12%).
Este valor, que nunca se refleja en las estadísticas económicas del país, comenzó a contabilizarse en 2003 para dar valor a las tareas del hogar que la mayoría de veces realizan las mujeres, que se veían invisibilizadas en los datos. El punto álgido de la aportación del trabajo no remunerado al PIB fue durante la pandemia y el confinamiento de 2020, cuando la cifra representó un 26%.
La solución a la desigualdad de aportación entre hombre y mujeres que plantea el Instituto Mexicano para la Competitividad es romper los roles de género para que los 72,9 billones de pesos que aporta el trabajo no remunerado se equilibre entre ambos géneros. Exigen a los tres poderes de Gobierno y al sector privado medidas que mejoren las facilidades para que las mujeres no sean las responsables de sostener este valor económico: que las personas dependientes reciban cuidados en centros especializados, que se promueva la flexibilidad laboral y que se extienda el apoyo a las madres con más guarderías, para que ellas no sean siempre las que mantengan este gran aporte económico a la riqueza de México.