El PAN gana. O el PRI negocia. Las fuertes tensiones entre los partidos que conforman el Frente Amplio por México se han disuelto definitivamente con el nombramiento del panista Santiago Taboada para el cartel electoral de 2024 en la Ciudad de México. El proceso se ha saltado todos los procesos: ni batalla interna entre candidatos, ni encuestas ni mucho menos la participación de la sociedad civil. La designación de uno de los hombres con más poder en el partido blanquiazul ha descabalgado prematuramente de la contienda aliancista al aspirante del PRI, Adrián Ruvalcaba, y al del PRD, Luis Cházaro. De esta forma tradicional se cierra una candidatura que ha traído de cabeza a los aliados de la oposición desde comienzos de este año que está por finalizar.
Los aspirantes que han sido relegados de la contienda se han inconformado, pero ya los líderes de los tres partidos se habían hecho la foto con las manos juntas en señal de consenso. Así, de común acuerdo, se ha vendido oficialmente el nombramiento de Taboada, el alcalde con licencia de Benito Juárez, uno de los bastiones del PAN en la capital. Poco antes de la media noche del viernes llegaron los comunicados en los que se daba cuenta de que solo uno de los tres aspirantes logró “el consenso” de los tres partidos. Taboada, decían, había conseguido “el respaldo de la totalidad de los integrantes del órgano de gobierno” para luchar por la capital, ahora en manos de Morena y desde hace décadas con gobernantes de ideología progresista. En las pasadas elecciones intermedias de 2021, los conservadores lograron dar un buen bocado al mapa guinda de la ciudad y se hicieron con nueve de las 16 alcaldías, un resultado histórico que alienta sus esperanzas para 2024.
Este viernes el ruido en la alianza se oía fuerte, entre bambalinas se hablaba de tensiones que amenazaban con romper la coalición de partidos del Frente debido al nombramiento para el cartel electoral capitalino. Las negociaciones estaban llegando a su fin y poco después se anunció el resultado. No era la primera vez que se escuchaba el entrechocar de los partidos. En enero, la alianza acordó que el PAN nombraría al candidato para la presidencia y al de la Ciudad de México. A cambio, el PRI se quedaría con las candidaturas para el Estado de México y el de Coahuila. Así fue. Al PRD, el socio más débil de la coalición, no le gustó la “chicanada” orquestada por los hermanos mayores, pero no le quedó más remedio que encajar el golpe. Lo mismo que ha hecho en esta ocasión el líder perredista, Jesús Zambrano.
El acuerdo es una reedición de lo que ocurrió en la designación de Xóchitl Gálvez para encabezar el cartel presidencial de junio de 2024. Cuando ya la contienda estaba por definirse, a falta de una elección entre la población, el PRI dejó caer a su candidata, Beatriz Paredes, y dio su apoyo completo a la panista Gálvez. De igual forma, señalaron que esta última contaba con una “ventaja amplia y consolidada” que les impelía a actuar con “inteligencia y estrategia” para ganar las futuras elecciones. Desde el primer minuto se sospechó de una negociación con el líder priista, Alito Moreno, a cambio de algo que se desconocía. El río baja hoy con el ruido de las mismas piedras.
El alcalde priista de Cuajimalpa, Adrián Ruvalcaba, ha pedido que se informe del proceso interno por el que ha sido seleccionado el precandidato y se ha referido a “intenciones mezquinas y personales” que pueden dañar las posibilidades de gobernar en la ciudad. Incluso dijo que él es el único candidato “que no tiene las manos sucias”. Probablemente hacía alusión al llamado cártel inmobiliario, una bola de nieve de corrupción en la alcaldía panista de Benito Juárez, que implicó directamente a algunos líderes del partido y del que Taboada ha querido deslindarse, a pesar de haber sido acusado por la Fiscalía del desvío de 10 millones de pesos, a partir de las confesiones de un empresario. Taboada, alcalde de ese distrito, hoy con licencia, defendió su inocencia, pero dijo de otros imputados de su partido en una entrevista con este periódico: “No voy a meter las manos en el fuego por nadie”. Y consideró que el error fue haber salido a explicar las cosas tarde.
El líder panista ha agradecido su designación para competir por la gubernatura de la ciudad, tanto a las militancias como a la “sociedad civil”. “¡Conquistaremos la Jefatura de Gobierno para las y los chilangos que aspiran a vivir mejor!”, dijo en sus redes sociales.
El priista Alito Moreno destacó que Taboada había conseguido “un consenso unánime” para ser candidato. Es la segunda vez que el partido tricolor levanta con alegría la mano de un aspirante blanquiazul. Atrás quedan los cuatro foros y la encuesta única que la alianza había negociado a primeros de este mes para combatir la pretensión del PAN de postular a su candidato como único en el cartel. Las negociaciones fueron tensas entonces, a punto de quebrar la coalición con la que los tres partidos tratan de sacar cabeza frente al empuje electoral que muestra el partido del presidente López Obrador. Y lo han seguido siendo. Hasta ahora. Los líderes de la alianza ya se han hecho la foto juntos. La negociación ha concluido.