La pareja de Claudia Sheinbaum, Jesús María Tarriba, aseguró que si la virtual candidata de Morena para 2024 llegara a la Presidencia de la República, él no aceptaría algún cargo público ni el título de su acompañante oficial o “primer caballero” aunque ella se lo pidiera, esto al asegurar que está muy cómodo con su actividad profesional como analista de riesgos financieros.
“De entrada no creo que me lo pida, pero si me lo pidiera, probablemente le diría que no. Tengo mi vida profesional y estoy muy a gusto en mi trabajo, pero tendría todo mi apoyo como presidenta”, dijo en entrevista con El Heraldo de México.
La apoya en su búsqueda de la Presidencia
Aseguró que aunque la apoya y apoyaría en lo que viene en su vida política, él se ve solo como su pareja, “con la que puede hacer duetos tocando la guitarra y nada más”. De esta manera expresó su admiración por la coordinadora Nacional de los Comités de Defensa de la 4T:
“Me da mucho orgullo estar con ella y la voy a ayudar en todo lo que pueda. Es una mujer muy inteligente. Admiro su capacidad de trabajo y principalmente su disciplina, ¡ya quisiera yo! Es una mujer extremadamente disciplinada, de principios, muy honesta y genuinamente preocupada por la gente”.
El doctor en Física por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) afirmó que nunca ha sido activista político ni político profesional, pero siempre se interesó por la política. Por eso, dijo, es de los que siempre lee los periódicos y libros de política. Le gusta la historia en general y suele charlar al respecto con Sheinbaum.
Así se conocieron
En la entrevista con el diario, relata cómo fue que conoció a quien se perfila para buscar la Presidencia con Morena:
“A mí siempre se me hizo muy guapa e inteligente. Como líder estudiantil ella era un personaje en ese momento y llevaba las asambleas generales, una especie de democracia participativa. Siempre la veía con curiosidad y luego coincidimos en una materia. Le tocó sentarse a mi lado y fue entonces que empezamos una amistad.
Luego me la encontraba en reuniones y poco a poco empezamos a andar. Fue muy espontáneo, yo creo que hasta sin palabras”, relata.
“Para enamorarse basta un instante y en un instante puedes vivir toda una vida. Así también, Claudia y yo fuimos un instante que se propagó en el tiempo, entretejido por la amistad, la admiración mutua y el respeto recíproco. Eso fue lo que nos mantuvo unidos a través del laberinto de la vida”, cierra Jesús Tarriba.