La trata de personas es uno de los delitos graves de mayor complejidad debido a la falta de denuncias, la tolerancia a la violencia y la falta de identificación de víctimas, marcando un crecimiento constante en el siglo XXI, que se suponía estaría marcado por los derechos humanos.
Mario Luis Fuentes Alcalá, titular de Cátedra Extraordinaria de la UNAM, que el delito de trata es uno que no cuenta con estadísticas consistentes, que dificultan su condena y la convierten en un delito que, en ocasiones, no es penado judicialmente como amerita.
Con motivo del Día Mundial contra la Trata de Personas, a conmemorarse el 30 de julio, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), ha alertado que, en el mundo, y principalmente en países en vías de desarrollo, las medidas contra este fenómeno se han deteriorado, puesto que las tasas de detección has disminuido en un 11%, mientras que las condenas lo hicieron en un 27%, exponiendo una ralentización global en la respuesta por parte de la justicia penal.
El organismo también detalla que es un problema presente en prácticamente todos los países, ya que en 137 de estos se ha explotado a víctimas de al menos otros 127. Mientras que en Europa es uno de los negocios ilícitos más lucrativos, con beneficios de más de 3 mil millones de dólares anuales abasteciéndose de la población mundial más vulnerable.
De las víctimas, una de cada cinco es menores de edad, y en regiones marginadas como África, estos conforman la mayoría de las personas traficadas, mientras que las mujeres equivalen a dos tercios de las víctimas de trata en el mundo.
Otro dato a destacar, es que con la pandemia de Covid-19 este delito se volvió aún más clandestino, lo que aumenta el riesgo a las víctimas, al tiempo que complica la identificación de casos graves por parte de las autoridades.
La falta de denuncias e identificación de víctimas es uno de los principales factores que limita la obtención de estadísticas reales de este delito y, en palabras de Fuentes Alcalá, “los datos que tenemos de personas sentenciadas por trata son menores, porque el sistema judicial castiga por el delito demostrable no el realizado. Hay muchas sentencias que, probablemente, hayan sido trata, pero son por otros delitos”.
Explotación sexual, mendicidad, trabajo y matrimonio forzados, flagelo, coacción y servidumbre, son solo algunos de los delitos que conforman la trata de personas según lo define el Gobierno de México, por lo que la trata requiere de la suma de múltiples violaciones para ser condenada.
Frente a esta transgresión, en muchas ocasiones impulsada por del crimen organizado y relacionadas con el tráfico de armas y drogas, surgió en el año 2000 la Convención de Palermo, en la cual, se acordaron acciones globales para hacer frente al “enganche” de seres humano, su traslado, explotación y sumisión.
Junto a otras naciones, México se unió a la Convención y estableció medidas para perseguir el ilícito, pero la desconfianza “de la patrulla, de la autoridad”, los tiempos de denuncias y “que no pase nada” dentro del sistema judicial, son hechos que frenan su denuncia en el país, asegura Fuentes Alcalá.
Debido a la complejidad del delito y el amplio margen de violaciones a los derechos humanos que comete, la trata de personas es uno de los ilícitos “más rentables e impunes”, ya que “no solo se manifiesta en la explotación sexual, sino también en la mendicidad y el trabajo forzados, incluso en el matrimonio”, situaciones que prevalecen en el país y han sido incluso normalizadas.
A pesar de la amplia lista de delitos que engloban este delito, aún hay muchos que no son reconocidos dentro de la trata, incluyendo la explotación laboral infantil, que obliga a menores de edad a trabajar, mendigar o incluso formar parte de actividades del crimen organizado.
Además, la trata es un delito cuyo flagelo no se da únicamente con el secuestro o sometimiento de la víctima, ya que puede verse iniciado también por relaciones familiares, manipulación e incluso enamoramiento.
“Hay sujetos que requieren tanto afecto que asumen que hay una relación de amor con otra persona y después se dan cuenta de la explotación. El método de ‘enganche’ son las redes sociales” .
Fuentes Alcalá advierte también que las personas en tránsito en el país o que migran a otros lugares, son uno de los principales objetivos de este delito, ya que su situación de vulnerabilidad y estatus migratorio en México no propician denuncias ni la búsqueda de asesoría legal o policial.
En México, durante el periodo de 2015 a mayo de 2022 se abrieron 5 mil 561 carpetas de investigación del fuero común por el delito de trata de personas. Sin embargo, la cifra no representa la dimensión real de este delito, ya que en la mayoría de las veces la denuncia no se lleva a cabo ante las instancias correspondientes debido tanto al temor a las represalias de los tratantes como a la falta de capacidad para detectar el delito por parte de los organismos encargados de hacer cumplir la ley en el país.